El "KLPSO" de Pablo López
Image: Twitter @pablolopezmusic

Pablo López se ha roto sobre el piano y ha dejado que todo suene. Ha dado vida a un maravilloso desorden que no podría presentar una mayor armonía.

Nadie sabía qué esperar de “KLPSO” después de la disparidad de estilos entre “Mama No”, con su parte rapeada, y “Mariposa”, con su carácter apoteósico y sus cuerdas de aire oriental. Pero no importa, el malagueño siempre sorprende; da lo mismo cuán grandes sean las expectativas, Pablo López es capaz de superarlas.

Sin embargo, los seguidores del artista ya conocían el tema, por lo que ya se había creado cierta expectación, pues lo estrenó en el primer concierto de la gira López: un ciclo de conciertos bañados en gel hidroalcohólico, medidas de seguridad exhaustivas, mascarillas y culos pegados a las sillas; pero, sobre todo, música, amor y abrazos a metro y medio de distancia. Fue en el concierto del Festival Jardins de Pedralbes donde Pablo dio a conocer dos de las canciones que formarán parte de “Unikornio: Once Millones De Versos Después De Ti”: una de ellas, “KLPSO”, recién salida del horno; y otra llamada “Tempo”.

Aun habiéndola escuchado, los seguidores del malagueño se mostraron emocionados, conmovidos y sorprendidos, arrollados por la intensidad que desprende “KLPSO”; y lo dejaron claro en redes sociales bajo el hashtag de #KLPSO.

 

 

 

“Me imagino que, lo próximo que yo haga, va a ser fluorescente”, anunciaba ya Pablo en una entrevista cuando aún ni siquiera había estrenado “Camino, Fuego y Libertad”. Y así ha sido: tanto “Mariposa” como “KLPSO” se presentan con portadas llenas de colores vivos sobre fondos negros. Así es como el malagueño metaforiza su paso de la oscuridad que representaba su “diario oscuro”, CFL, a la fluorescencia, al brillo y a la liberación.

 

 

De “KLPSO” se puede decir todo y a la vez no decir nada. Es una de esas canciones capaces de dejar al oyente sin respiración, de llenar la garganta del que escucha de palabras que ni él mismo creía querer decir. Es la definición de la música, una especie de cura; es como un diccionario de aquellos sentimientos que nadie sabe que siente, pero que están ahí, esperando que los entiendan.

Pero, cuando se da al play, es evidente que la canción no es tan enérgica como su portada. Con unas cuerdas suaves y calmadas se presenta la canción que Pablo López se escribió a sí mismo. En “KLPSO”, el malagueño se pide perdón; llega al culmen del sentimiento de culpabilidad y estalla, colapsa. El mensaje que transmite la canción es importantísimo, y está cargado de sentimiento: a veces, uno necesita pedirse perdón a sí mismo; pero, lo que es más importante, necesita perdonarse, dejar de culparse por no ser perfecto.

El vídeo musical tampoco se queda atrás, porque, si hay una palabra que defina al malagueño, es “intensidad”. Y esta se refleja en el videoclip de “KLPSO”, un filme en blanco y negro que muestra a un Pablo roto tocando el piano y la guitarra. Cabe destacar algunas de las escenas más remarcables, las que acaban de completar el sentido del clip. Hay un momento en que el malagueño deja caer sus dos brazos sobre el piano, como rindiéndose a lo que está cantando. Acto seguido, aparecen algunas imágenes del último tatuaje del artista, que es también el dibujo de la portada de “KLPSO”. Es decir, Pablo se rinde en ese momento al colapso, y deja que cale en él hasta quedarse grabado en su piel.

 

 

También hay varias escenas en que se juega con la imagen saturada del cantante paseando por una playa desierta, la cual por momentos se hace grande y pequeña; dotando así al momento de una sensación extraña, como de desconcierto y confusión.

Aunque, conforme insinuó el malagueño en El Hormiguero el pasado jueves, "Unikornio. Once Millones De Versos Después De Ti" llegará más tarde de lo esperado, hay una cosa que los tres adelantos del disco han dejado clara: viene pisando fuerte.

VAVEL Logo