Este viernes comenzaba la reunión de los principales líderes de la Unión Europea para determinar un plan de recuperación económico de hasta 1,85 billones de euros tras la pandemia del coronavirus. La cumbre arrancaba con poco optimismo y posturas muy encontradas. En palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, era “el momento de la verdad y de la ambición para Europa”.
El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, apela a la “responsabilidad” para que el acuerdo no se alargue ya que la situación actual es muy grave, en otras palabras, “sería una catástrofe para todos”.
Pero no todos los líderes apelan a la responsabilidad, por ejemplo, la canciller alemana, Angela Merkel, no se mostraba del todo optimista, “hace falta mucha capacidad de compromiso por parte de todos para logar algo que sea bueno para Europa”.
Aunque el principal objetivo de esta cumbre es conseguir un acuerdo para la recuperación económica tras el coronavirus, algunos países plantean ciertas reticencias como Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca. El primer ministro holandés, Mark Rutte no está convencido de llegar a un acuerdo y pone de condición para negociar “concretar las reformas”.
Sin embargo, el canciller austríaco, Sebastian Kurz, se mostraba más optimista con las posibilidades de llegar a un acuerdo. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apela a la responsabilidad de todos los países de la UE para alcanzar el principal objetivo de la cumbre. En la misma línea, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, es consciente de las diferencias que existen, pero confía en que todo se solucione “no en interés de Italia y de los italianos, que han sufrido mucho, sino en interés de todos los ciudadanos europeos”.
Por otra parte, la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recalcaba que “si lo hacemos bien, podemos salir de esta crisis más fuertes”. También, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel declaraba que “no es solo sobre dinero, es sobre personas, sobre el futuro europeo, sobre la unidad. Estoy convencido de que con coraje político será posible conseguir un acuerdo”.
En resumen, por un lado, tenemos los países denominados frugales, que quieren menos fondos y menos subsidios, se oponen a las medidas económicas propuestas por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Por otro lado, países como España, que espera ser uno de los que más ayuda reciba de este fondo de recuperación (en concreto, contará con 140.000 millones).
El plan de recuperación consistiría en 500.000 millones en transferencias y 250.000 en créditos. En la propuesta actual se plantea que esta cláusula se active si una mayoría calificada de países la aprueba, quedando en un margen Hungría y Polonia (países más criticados en este terreno).
Esta nueva cumbre de la Unión Europea servirá para determinar cuál va a ser el plan para la recuperación económica para todos los países miembros. Pero para ello tendrán que dejar a un lado las diferencias existentes y alcanzar un acuerdo sólido. Esta cumbre se trata de una reunión presencial entre el viernes y el sábado para lograr el objetivo, aunque no se descarta nuevas reuniones si los resultados no son los esperados.
