A lo largo de su historia, el cine ha pasado por todo tipo de etapas que han hecho de la gran pantalla un género capaz de adaptarse a todo tipo de cambios. Sin embargo, el año 2020 marcó un antes y un después, no solo para el séptimo arte, sino para todo gremio existente. La aparición del COVID -19 paralizó estrenos, grabaciones y todo tipo de proyectos cinematográficos que debían llevarse a cabo a lo largo de este año. Es por ello que al margen de cualquier opinión pesimista por la ausencia del cine, es momento para reflexionar a cerca de los posibles beneficios del cine tras estas “obligadas” vacaciones.
En primer lugar se debe mencionar que el parón ha sido con toda seguridad, un tiempo para la reflexión. En el caso de los directores, el tiempo de confinamiento puede haber supuesto todo un respiro desde el punto de vista creativo. Con un ritmo de trabajo en el que los responsables de dirección se ven obligados a confeccionar historias de forma constante, este tiempo ha servido para que todo director repase su filmografía, vea sus mejores obras, se detenga en aquellas que no obtuvieron tan buenos resultados, y encuentre nuevas inspiraciones basadas en un análisis que sin el tiempo fuera, no habría sido posible.
Por otro lado se encuentra el caso de los actores, en cuanto a este grupo, los beneficios son muy similares a los del director. Para dicho sector, la pausa también ha sido de ayuda para mirar atrás, corregir posibles errores de interpretación e incluso replantearse la dirección de sus carreras. Esto significa que el confinamiento puede haber servido para que aquellos actores descontentos con su trayectoria o con los géneros en los que actúan, puedan revisar el panorama cinematográfico e incluso dar un giro completo a sus apariciones como actores. Todo esto como siempre, visto desde un punto de vista generalizado.
En conclusión, a pesar de todo lo visto y la extensa lista de factores que pueden haber favorecido al sector cinematográfico, es obligatorio determinar que el mayor beneficiado de este “descanso” es el público. Gracias al posible renacimiento creativo de los directores, la inspiración de los actores y el surgimiento de posibles nuevos proyectos es el espectador el que seguramente pueda asistir muy pronto a la irrupción de un cine renacido.
