El pasado año, Martin Scorsese nos presentaba “El irlandés”, una película con un tono conmemorativo de su cine de gangsters, y cuyo subgénero dentro del mismo era el crepuscular. Se nos mostraba toda la vida criminal de los personajes, así como su vejez alejada de las pistolas y el dinero. Quizás lo más cercano que habíamos tenido a este género era “El Padrino III”, donde también se nos muestra el fin de la vida criminal de Michael Corleone, así como los fantasmas que le seguirán de aquel mundo.
El personaje de Al Capone es uno al que se ha recurrido mucho a lo largo de la historia del cine y la televisión, sobre todo para mostrarnos la violencia que giraba en torno a su figura. De hecho, el mismo actor que encarnó a Michael en “El Padrino III”, Al Pacino, encarnó una versión cubana del mismo Capone en “El precio del poder” de Brian de Palma, transformándose en el famoso gangster de cicactriz en la cara.
Otro actor que ha encarnado a un miembro de la familia Corleone, como Robert De Niro, también ha interpretado al popular mafioso en “Los intocables de Elliot Ness”, también de la mano de Brian de Palma.
Incluso el mismo Scorsese ha adaptado la figura de Capone para la televisión en la serie “Boardwalk Empire”, de la que dirigió el piloto, y ha sido productor ejecutivo.
Y si algo tienen en común todas estas adaptaciones del mafioso italoamericano, es la visión ficticia de lo épico y entretenido en su violencia. Si el concepto de la violencia es algo que nos repugna en la realidad, verlo en la pantalla nos fascina.
Y en época de biopics, donde películas como “Bohemian Rhapsody” o series como “Narcos” triunfan, se anunciaba la película “Capone”, originalmente llamada “Fonzo”, siendo lo que prometía ser la llegada a la moda de los biopics de la figura de Al Capone, interpretada por Tom Hardy y dirigida por Josh Trank.
“Capone” es la vuelta al cine de Trank. El director que prometía mucho con “Chronicle”, su visión personal de qué harían personas con superpoderes en la realidad, y que parecía desaparecer tras el fracaso de sus “Cuatro Fantásticos”, vuelve para traer a la gran pantalla de nuevo a Al Capone.
Aunque, ese estreno en la gran pantalla se vio cancelado por la situación con la pandemia mundial, por lo que el estreno de la cinta fue a través del streaming.
Pero “Capone” no es un biopic. No es mostrarnos escenas llenas de épica y violencia. Nada de eso. La película nos muestra el último año de vida del mafioso, tras haber pasado diez años en prisión, y sufrir de bronconeumonía.
Así que, la premisa en sí me parece más que interesante, eso sumado a Tom Hardy, podría ser una mezcla bastante potente. Quiero decir, el alejarse de lo épico de un asesino y acercarse a la realidad, a una cinta donde hay escenas de por ejemplo Al Capone defecando sobre sí mismo, me parece una manera de romper la épica del personaje y de personificar mucho la película. El riesgo de comenzar en el último acto del gangster crepuscular, donde solo se ven las consecuencias de la vida del delito.
Así como la forma en la que se nos muestra la enfermedad de Fonzo me parece brillante en su aspecto narrativo, intercalando la realidad con un mundo de pesadillas del pasado, de un casi vegetal Capone, las distintas tramas que intentan añadir a esta narrativa, como la búsqueda de un dinero escondido, la investigación de la policía o la historia de su hijo desaparecido Tony, creo que provocan una perdida en el espectador.
Pero antes de seguir analizando la narrativa, remarcar el nombre de TOM HARDY. El británico es el actor con más presencia física en el cine del siglo XXI. La capacidad que tiene de coger un argumento, y sostenerlo solo por su figura es única y brutal. ¿Cuántas veces nos ha pasado esa sensación de ver una película y decir: "la película es Tom Hardy"? “Venom”, “Bronson” o “Taboo” son ejemplos de a lo que me refiero.
Y en este caso es así, la película en su totalidad es Tom Hardy. Y es curioso, porque a nivel de diálogo, su papel se resume en gruñidos y poco más. Es lo que hace sin mostrar su cara totalmente por ejemplo en “El caballero oscuro: la leyenda renace” o en “Mad Max: Fury Road”, la habilidad de llenar una pantalla de la forma en lo que hace Hardy es única. Estoy seguro de que si hubiera premios el año que viene, Hardy estaría en las quinielas de muchos.
Así que, volviendo a “Capone”, si hay algo que nos mantiene dentro de la narrativa es Hardy. En serio, desde la voz enfermada, hasta la forma en la que simula fumar una zanahoria, o se le cae baba, eso es la película. Tom Hardy es la película.
Pero a grandes rasgos, creo que a la trama le sobran frentes abiertos, y quizás si Trank se hubiese decantando por un tema en concreto de todos los que nos presenta, hubiese sido recibida de mejor forma por el público, que tanto la está criticando.
Aún así, como he dicho antes, es de admirar a Trank el desmarcarse de lo fácil y lo que mejor le funcionaría, y apostar por esa autoría. Así como el magnífico nivel de producción que tiene la cinta.
Sin duda, “Capone” es una película peculiar. Estrenada de forma peculiar, con una historia peculiar, y con un Hardy peculiar.