El actor Alain Hernández nos ha acompañado a través de Instagram para unas preguntas. Le conocemos por protagonizar series y películas españolas como “El Fotógrafo de Mauthausen”, “sólo”, “La Influencia” o la serie “Madres”, uno de los últimos estrenos de Amazon Prime Video.
P: ¿Qué tal? ¿Cómo lleva el confinamiento? ¿Aprovechando la primera fase en Barcelona?
R: Sí, sí, un poquito. Ya se veía un poco más de movimiento por la ciudad y tal sí que hemos ido dando un paseo hasta hasta el centro y hemos comprado alguna cosita en alguna tienda para apoyar al pequeño comercio y tal para ayudar un poco en eso también, y luego hemos hecho nuestra primera comida en una terraza, hay que entrenarlas y hemos ido a una pizzeria que tenemos debajo de casa, para apoyar también al sector.
P: Primero de todo, enhorabuena por su papel de Simón en la serie de Prime “Madres”, personalmente me ha encantado. ¿Cree que la situación del coronavirus ha afectado de alguna manera la promoción de la serie?
R: Hombre, imagino que sí. Yo justo iba a hacer una entrada en directo en un programa de Cuatro, “Cuatro al Día”. Iba a entrar también así, vía telemática, para hacer promo de la serie. Y justo hubo rueda de prensa de los ministros para todo el tema de las fases, y me quedé sin poder hacer la promo. Por eso ya pensé también en hacer un directo y aquí en Instagram, y explicar un poco lo que iba a decir de la serie. Pero no, vamos, que yo sepa no había previsto ningún acto, así importante para promocionar la serie, ni nada de eso, que yo sepa. Pero también la mayoría de la promo la han hecho más bien las actrices protagonistas.
Estamos muy felices todo el equipo de la serie, tanto a nivel artístico como técnico. Sí que sentimos cuando lo estábamos haciendo que podía ser una cosa que podía funcionar muy bien y además veías ahí a los compañeros y las compañeras como estaban y pensabas “qué guay y qué bonito esto, seguro que funciona”. Lo que pasa que eso es un misterio. Nunca se sabe, nunca sabes si puede funcionar algo, si a la gente le puede caer en gracia, si al final va a dar igual el trabajazo que se hayan pegado los equipos en todas las series, que al final es un misterio. Empieza por no gustarle a cierta gente o lo que sea. Se corre la voz, y al final decae. Ya ya hay tanta oferta de series tan buenas que dices “que me han dicho, que no me han dicho que eso es un pastelón…” Entonces ya la gente ni lo intenta y se va corriendo hasta que final puede acabar como fracaso.
Y de la misma manera a nuestro caso, en nuestro caso sí que funciona muy bien también el boca a boca, todo desde que la serie está bien y que engancha y todo. A mí me ha gustado y yo la vi y la he disfrutado, y también he llorado y reído, y la verdad es que me ha gustado mucho. Y bueno, no sé, creo que es un producto muy redondo, la verdad. Hay mucha, mucha y mucha vida. Como dice el título, hay mucho amor y mucha vida y desamor.
P: ¿Qué ha sido lo más difícil y lo que más le ha gustado de interpretar a Simón?
R: Mira, lo que más me ha gustado de Simon ha sido el abanico que me ha permitido jugar, de ser un tío que estaba tanto en el momento gracioso como en el momento serio, como en el momento drama, sobre todo ya en la segunda temporada. Ahí hay pelín más de drama con Simon y tal, pero ha tenido como un abanico muy amplio a la hora de registros, a la hora de jugar con el personaje. Y sí, hace cosas mal el personaje, pero hace cosas muy buenas también. En medio del drama de otras tramas salía Simon y hace una tontería y ya sacaba una sonrisilla. Durante el rodaje hacía algunas cositas que se me ocurrían, proponía un montón de cosas a las directoras y me solían comprar casi todas. A veces se me iba un poco “la castaña” y entonces ya me contenían un poco, pero sí me daba para proponer muchas cosas y han estado muy guay.
¿Lo más difícil? Bueno, más bien lo que me daba más respeto era cómo tratar el tema del autismo de mi hijo. Ver cómo lo íbamos a abordar y cómo se iba a tratar. Y entonces, al final creo que me hubiera gustado que se hubiera profundizado un poquito más en el tema para dar más visibilidad a los casos reales que hay en nuestro país y en todo el mundo, y sobre todo gente que tenga ese problema y que tenga pocos medios para poder llevarlo en el día a día.
Pero bueno, entiendo que a lo mejor diera un poco de respeto el profundizar sin tener a lo mejor de todas las cosas bien resueltas. El caso es que me hubiera gustado profundizar un poco más en eso, un poco también como Pulseras Rojas, que fueron como los que emepezaron con este tipo de series.
P: ¿Con qué personaje se has sentido más cómodo o ha conseguido conectar más?
R: Siempre uno intenta hacer cosas que estén un poco alejadas de sí. Yo creo que es lo más y cuanto más alejadas de uno mismo, más interesantes. Al final, inconscientemente se te van acercando los personajes. Porque eso ha sido así siempre. Tienes que hacer un personaje, resulta que tú ese personaje de alguna manera ya lo habías hecho en algún momento tomando una cerveza con algún amigo. Por ejemplo, Tom Hanks, seguramente tomando cerveza con algún amigo, había hecho un montón de veces ya a Forrest Gump y otros grandes personajes de la historia del cine, y seguramente ya los lleva de alguna manera metidos en sus propias expresiones. Yo los personajes muchas veces los creo a partir de una frase improvisando, yo por ejemplo creo la mayoría de los personajes me pongo en la ducha, me pongo a hablar, a decir cosas.
Y a raíz de alguna frase, voy modulando la voz, voy buscando el ¿cómo decirlo?, el ritmo que tiene a la manera de decirlo. No sé qué tal sale, entonces siempre intento que esté un poco lejos de mí. Lo que pasa que es lo que te decía antes. Al final se van acercando todos. Todos los personajes que has hecho tienen una parte de ti.
Hombre, es que yo creo que todo el mundo puede sacar a todos. Los actores y actrices pueden sacar algo que les guste de sus personajes. De hecho, hay un ejercicio del manual de interpretación que es ponerle aunque sea malo el personaje, o sea que sea de naturaleza mala, tienes que encontrarle 10 adjetivos positivos como mínimo para que tú te sientas más cómodo en la piel de ese personaje y le encuentres las luces que pueda llegar a tener, aunque sea un “personaje malo”. Por muy malo que sea, por muy malo que sea Darth Vader, no por poner un villano de toda la vida del cine, pues sus cosas buenas podría tener para él, para el actor que lo interpretó.
P: Ha protagonizado "Solo", y sabemos que se tuvo que preparar físicamente para el papel, pero queremos saber cómo un actor se prepara psicológicamente para interpretar papeles como el de Álvaro, o de Valbuena en el “Fotógrafo de Mauthausen”.
R: Es la implicación total y el creer en el proyecto y en los personajes, el creer que tienes que ir o sobrepasar incluso los límites de la interpretación en según qué cosas. Por ejemplo, la secuencia del gusano en “El Fotógrafo de Mauthausen” yo mientras estábamos leyendo el guión, recuerdo un día que estábamos de ensayo Mario y yo con Marta regalona, la directora. Estábamos ensayando nuestras secuencias. Y yo recuerdo que llegamos a aquella y le dije por lo bajini así a Mario le dije “Yo ese día me voy a comer un gusano”. Y me dice “¿cómo de verdad?”. Y lo vi claro, lo vi. Claro que tenía que ser así. No sé por qué. Y el día de rodaje, recuerdo que me trajeron unos gusanos hechos como de mazapán, que daban mucho el pego, pero que no eran de verdad. Y entonces pregunté si había algún problema con que lo haga con gusanos de verdad. Hicimos dos tomas y me comí dos gusanos. De hecho, yo creo que se ve un poco como se mueve el gusanito.
Lo siento por la protectora de animales. Este tipo de cosas yo intuía que me daba a mí un plus de locura del personaje y de necesidad extrema. Y la verdad es que yo creo que sí se consigue y a lo mejor es una cosa mía, es una cosa interna y a lo mejor lo llego a hacer con el gusano de mazapán y la gente ni se entera y lo ven igual de bien o lo que sea, pero no sé, yo lo viví así y lo viví real. La OMS, la Organización Mundial de la Salud también dice que tenemos que comer más insectos, que son proteínas y en Tailandia y por ahí comen, comen de todo tipo de insectos.
En cuanto a la secuencia del furgón, también era como intentar vaciarme, y solo dejarme llevar viendo la luz del furgón. Era como si estuviera viendo la muerte, o lo que ha sido un poco la vida y tal, pero era suerte, era como no pensar en nada y que saliera lo que al final. Hay muchos, hay muchas, muchas técnicas, pero sí que luego si es el espectador el que le da el sentido a eso o no. Tú puedes estar así, pensando, pensando, pensando si has comprado o no cocacolas para esta noche, sabes que la gente se cree que estás pensando en tu hijo hospitalizado. O sea que al final hay muchas técnicas y todo. Yo en estos momentos sí que me estaba pensando en que ya estaba, ya me dejaba llevar y que me mataban y fuera, que ya está y se acababa con el sufrimiento del campo de concentración.
Lo que pasa es que si te soy sincero, también es un tipo de mirada de ido que ya había hecho. Con otro personaje en otra película mía, y recuerdo además cuando estaban montandola, que me llamó el director expresamente de que estaban montando esa secuencia para felicitarme, me dijo “Es increíble lo que haces con esa mirada”.
Es un momento de Jacobo en “Palmeras en la Nieve” en el momento de la violación de el personaje de Berta. Él estaba drogado y borracho. Entonces se apoya en el marco de la puerta de aquella cabaña en la que estaban los otros. Y me quedo mirando sin ver nada. Entonces me llaman, para adentro y tal y me voy. Esa mirada a ese plano era un poco también esa misma mirada del personaje del “Fotógrafo de Mauthausen”.
En el caso de “Sólo”, yo tuve la suerte de que desde el primer día que llego a Fuerteventura, que fui un mes antes de empezar el rodaje, para dar clases de submarinismo, de escalada, de surf, nociones básicas para el rodaje, porque en algún momento iba a necesitar saber cosas de estas. Y ya desde el primer día conocí a Álvaro y entonces ya ese primer día ya me llevó a las dunas y tal, estuvimos ahí hablando mogollón de rato y ya empecé a conocer a esa persona y él se abrió desde el primer minuto y explicándome cosas suyas muy íntimas para entender mejor al personaje.
Y qué le pasó y qué pensaba mientras estaba ahí solo. Y bueno, fue una suerte en ese sentido. Lo que pasa es que luego también el libro y la película están basadas en la historia real. Nuestro Álvaro Vizcaíno es un poco nuestro, un poco a nuestra manera, más ficcionado. Pero sí que me sirvió mucho el conocerlo y luego ya le fue metiendo cositas nuestras y cositas mías al personaje. También a nivel físico yo le preguntaba cómo le dolía esto, lo otro no, cómo se arrastraba por la cala, como hacía, porque fuimos a la casa, al set, a ensayar un poco los movimientos en la roca.
En un principio se iba a rodar en una roca, pero luego, cuando volvimos a los pocos días, la marea había traído más arena, con lo cual había tapado mucho. Fue una odisea, el rodar en un espacio natural y dejando lo que te permitía la naturaleza. Me acuerdo cuando la promoción que decían que eso era una lucha contra la naturaleza. Decía "No, no, perdona, es una lucha con la naturaleza", porque la naturaleza al final te deja hacer lo que ella quiere y es imposible querer luchar contra la naturaleza porque siempre va a ser más fuerte que tú.
P: El año pasado trabajó en "La Influencia", película de terror, ¿cree que podría volver a trabajar en películas de este género? ¿Le gustan?
R: Sí, por mí cualquier trabajo estupendo. Yo no soy un gran consumidor de cine de terror. Nunca, nunca lo he sido, pero porque me daba miedo de verdad. Y más si las veo de noche como un niño. Me producen pesadillas y lo pasó mal, la verdad. He visto las películas que claro que se habla, no es de terror, pero está muy bien, sabes? Se las acaba viendo así, pero las acabas viendo con una mano en la cara y no tienen nada que ver el verlas al rodarlas.
En el rodaje evidentemente tú estás y ves “el truco”. En cambio, cuando consigues como espectador meterte en una peli y estás sufriendo. Osea, yo el rodar "La Influencia" fue un poco terapéutico y fue el darme cuenta de eso, de lo divertido que puede llegar a ser rodar secuencias de estas que luego las ves y estar en tensión, pero mientras estás rodando lo estás disfrutando.
P: Además, "La Influencia" tiene muchísimas luces que contribuyen a crear ese ambiente tenebroso. En el rodaje se sentía igual de tenebroso o se veía que era “el truco” de la casa?
R: Daba yuyu, la casa daba bastante yuyu. Cuando llegamos aquí me arrolle. Daba muy mal rollo el jardín, que estaba como medio abandonado. Un poco de todo. Durante el rodaje como estás con el equipo pues lo disfrutas, pero en los descansos no te ibas a tomar el bocata a ese jardín tú solo.
P: ¿Ha trabajado codo con codo con grandes actores y actrices del cine español como Mario Casas, Maggie Civantos o o Luis Tosar, podría contarnos alguna anécdota o situación que recuerde y haya marcado su trayectoria de alguna manera?
R: He tenido la suerte de trabajar con gente muy grande y aprender muchísimo de muchos de ellos y de ellas. Hay secuencias donde es imposible no reírte. Si hablamos de "Que baje Dios y lo vea", por ejemplo, hay una secuencia donde yo llego con Karra Elejalde a un club nocturno donde están El Langui y Paco Rueda y Guillermo Furiase. Y entonces como que los tienen retenidos porque deben una pasta y están ahí los matones. Y Karra le soltaba una colleja y la cara que ponía siempre Juanma con Manuel Montilla, El Langui, era imposible no reirse con la cara que ponía siempre que recibía la colleja en las diferentes tomas. O sea, porque Juan Marsé es un actorazo increíble y la cara que ponía yo era posible no reír. Se me escapaba la risa casi todo el rato. Yo como que como que hacía que estaba mirando para otro lado, tal para no ver, porque aquello era imposible.
Mientras estábamos rodando "Solo", yo tenía que rodar el agua y había medusas, y me preguntaron si quería tirarme y yo dije "bueno, hay que rodar. No tenemos aquí seis meses para rodar como Mad Max". Entonces me tiré al agua, y me picaron bastantes medusas y me tuvieron que llevar al hospital. Se suspendió el rodaje ese día. Y como anécdota está graciosa, pero yo sufrí ese día, lo pasé mal, porque no eran las típicas medusas grandes, son medusas sifonóforas que no me voy a olvidar en la vida, eran como unos collares que tienen cintas juntas con unos pelitos y al picar tiran latigazos, y estaba lleno de eso.
Para terminar la entrevista, se resolvió la pregunta del millón, si habría segunda temporada de "Madres", y la respuesta ha sido sí, habrá segunda temporada y ya está grabada así que no tardaremos mucho en volver a ver a Alain en las pantallas.