La declaración del Estado de alarma ha causado un gran impacto a la hora de ir a comprar a supermercados. Al limitarse los movimientos, los ciudadanos han preferido comprar en grandes cantidades para así asegurar su abastecimiento. Según un estudio de la “app Gelt”, la actividad de consumo de los españoles se ha visto incrementada por la compra 'búnker', para garantizar los víveres durante un largo espacio de tiempo aislado en casa. Este incremento se ha fomentado por el paulatino cierre de centros escolares, museos, zonas de ocio...
El bien más codiciado antes del confinamiento total y durante los primeros días del mismo fue el papel higiénico. Todo el mundo sentía la necesidad de introducir en su lista de la compra este producto. La sensación de incertidumbre sobre el tiempo de aislamiento hizo que productos de primera necesidad como este, estuviera agotado en los establecimientos tras pocas horas de haber sido repuesto.
Otra de nuestras costumbres más arraigadas en la sociedad española también fue presa del coronavirus, me refiero a la Semana Santa. La Semana Santa es quizás el periodo donde más se consumen dulces, al tener una gran tradición repostera en su historia. Pan, harina y levadura han sido las protagonistas sin duda de esta semana, al estar todas las confiterías cerradas como medida de protección. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación elabora cada semana un informe sobre el consumo de los hogares exponiendo así en el un incremento de la venta del pan en un 35,7% más de lo habitual y un 15% del consumo de harina respecto a quince días anteriores.
Los productos estrella durante el confinamiento ha sido la cerveza y el vino. Como consecuencia del cierre de bares y restaurantes su compra ascendió hasta un 85%. Respecto a las bebidas no alcohólicas no encontramos grandes cambios en los hábitos de compra. Destaca el agua mineral con una subida del 20% y las infusiones como el té que experimentan una ampliación del 17%.
Podemos mencionar una gran lista de productos que durante estos meses han podido estar, casi seguro, en nuestras cestas de la compra. Productos de belleza personal como tintes para el pelo, productos de higiene íntima o productos de limpieza y desinfección como la lejía. El ocio y el entretenimiento ha sido nuestro delirio todas estas semanas. Hemos intentado buscar la mejor forma de que las horas pasaran con mayor rapidez, y esto también queda reflejado en el consumo. La bicicletas estáticas han sido una buena vía de escape para sobrellevar tantas horas en casa, las nuevas tecnologías para poder llevar a cabo el teletrabajo o incluso las máquinas de coser.
Finalmente, hay que señalar un gran detalle. Al estar obligados a permanecer en casa, no podíamos hacer nuestra rutina de compra habitual. Todos los establecimientos se encontraban cerrados lo cual nos obligó a cambiar nuestras costumbres. La venta on-line ha sido un claro vencedor en el sector. Todos hemos pedido algún producto vía on-line. Aunque para muchos ya sea una costumbre utilizar este método, para otros ha sido su última opción a realizar, ya que todavía es algo nuevo para la mayoría de la población.