Duro, guapo, inteligente y serio, Clint Eastwood es, sin duda alguna, uno de los rostros más famosos de todo Hollywood. El actor y director californiano cuenta, sumado a una ingente cantidad de interpretaciones ya pertenecientes a la Historia del Cine, con una extensa filmografía forjada a fuego, dejando a su paso innumerables y conmovedores filmes inmortales ante la implacable existencia y fugacidad del olvido. Clint Eastwood, más allá de sus dotes interpretativas, es uno de los mejores directores del panorama americano contemporáneo y es que, con sus nueve décadas, el director parece dispuesto a morir con las botas puestas.
Tras sus papeles en los míticos filmes de Sergio Leone, “Por un puñado de dólares” (1964), “La muerte tenía un precio” (1965) y “El bueno, el feo y el malo” (1966); Clint Eastwood terminó de asentar su fama en la Gran Pantalla. No obstante, “el rubio”, como se le conoce en el último filme mencionado, necesitaba más y, tras ello, se lanzó a la dirección cinematográfica. Tras un rechazo inicial, fruto de la desconfianza de las grandes compañías productoras, Clint Eastwood, sin considerar la negativa como una opción, fundó su propia productora, Malpaso, siendo esta la génesis de uno de los mejores directores que Estados Unidos ha podido engendrar.
De sus más de cuarenta películas, cabe destacar los maravillosos westerns “Infierno de cobardes” (1973), “El fuera de la ley” (1976) y “El jinete pálido” (1985), que sentaron las bases para su inabarcable, brillante y espléndida obra crepuscular “Sin perdón” (1992). Tras ello, su filmografía no ha sido más que sobresaliente, con auténticas joyas como “Space Cowboys” (2000), “Mystic River” (2003), “Million Dollar Baby” (2004) o la dupla de la Segunda Guerra Mundial “Banderas de nuestros padres” (2006) y “Cartas desde Iwo Jima” (2006).
Clint Eastwood cumple, este 31 de mayo, 90 años, y son numerosas las cadenas televisivas que le están rindiendo el homenaje que merece. A lo largo de su carrera, ya recibió dichos honores tanto por colegas de profesión, como Godard, o por la Academia y el jurado de Cannes, tras otorgarle un puñado de Oscars y algún que otro premio honorífico a su trayectoria. Quizás, como Earl Stone, el personaje al que encarna en una de sus últimas películas, "Mula" (2018), Clint Eastwood está más que dispuesto a morir tras haber dejado un legado, no de sangre como en muchos de sus filmes, sino de un incalculable valor artístico para la historia y para el Cine.
