"Valeria", la prueba de que la intención no es siempre lo que cuenta
Imagen promocional de "Valeria" |Fuente: Netflix

Hay una clara referencia a la saga "Sexo en Nueva York". La misma autora, Elísabet Benavent, reconoció haberse inspirado en ella para escribir sus novelas. El problema es que "Valeria" es una versión descafeinada, low cost, que se desarrolla en Madrid e intenta incluir una fórmula milenial que no termina de funcionar.

Uno de los problemas de la serie es la pretensión. No se entiende que busque algo más allá del entretenimiento. "Valeria" viene de unas novelas que fueron todo un éxito por la calidez de los personajes, su sencillez y porque creaban un retrato con el que muchas personas se pueden sentir identificadas; en cambio, su adaptación televisiva pasa completamente desapercibida.

El primer capítulo es un espejismo de lo que pudo haber sido y no fue. Durante la primera mitad se encuentra una serie fresca, dirigida a diversos públicos con un humor español que recuerda a "Paquita Salas"... pero rápidamente se vuelve todo muy confuso ya que no se presenta bien la trama ni las personalidades de las cuatro amigas que forman la pandilla protagonista de la historia.

A medida que la serie avanza, se ve cómo el personaje de Valeria (Diana Gómez) y Lola (Silma López) se esclarecen un poco, ya que se muestran diversos aspectos de su vida y resultan interesantes, pero la serie trata al personaje de Nerea (Teresa Riott) como una chica lesbiana que no tiene ningún tipo de interés más allá de eso mismo, ser lesbiana. La cuarta amiga, Carmen (Paula Malia), es el peor personaje de todos: una chica lista y trabajadora a la que solo le importa ligar con el crush de la oficina. 

La serie está siendo todo un éxito en Netflix. No es de extrañar, ya que cumple todos los requisitos para ser un boom adolescente: trama floja, interpretaciones correctas y actores que llaman la atención como Diana Gómez o Maxi Iglesias, que funcionan como un gran reclamo debido a su buen pasado artístico.

Pese a ser una serie bastante artificial, se dejan entrever cosas interesantes como el síndrome del impostor. Quizás el problema principal es que pasan demasiadas cosas sin que se llegue a profundizar en ninguna.

En la segunda temporada (ya confirmada por Netflix) se verá si esta primera ha merecido realmente la pena, puesto que todo ha girado en torno a un monotema: el drama amoroso y laboral de Valeria. ¿Alguien ha llegado a conectar con el personaje de Lola y la relación con su madre? Es un claro ejemplo de muchos de los momentos de la serie que pasan de largo y restan calidad a la producción.

La realización de la serie es buena, así como la banda sonora y las localizaciones de Madrid... pero el ritmo falla, y es lo más importante en este tipo de ficciones. 

Poco más se puede decir de la serie, lleva varios días en el puesto número uno de lo más visto en España en Netflix por lo que está claro que a muchas personas les gusta, pero también es verdad que muchos fans de los libros están realmente decepcionados con esta adaptación.

Las novelas le daban a la serie una buena base de la que partir, y está claro que había buenas intenciones, pero no han conseguido ir más allá y crear la buena serie que "Valeria" merecía ser.

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