Hace unos días volví a revisitar la trilogía del Hannibal Lecter de Anthony Hopkins, empezando por la maravillosa "El silencio de los corderos", tropezando con "Hannibal", y concluyendo con la genial "Dragón Rojo". Sin embargo, es en esta última en la que posiblemente menos Hannibal haya, y lo que hace de ella una película bastante buena es el personaje interpretado por Edward Norton, Will, el detective del FBI que encarceló al doctor Lecter, y el nuevo caso que se le plantea.
Bien, pues en "Huérfanos de Brooklyn" está de nuevo un detective interpretado, y esta vez escrito y dirigido, por Norton.
Con el boom del actor al principio del siglo, tras "American History X" y "El club de la lucha", Norton daba el paso tras las cámaras dirigiendo "Más que amigos", una comedia romántica entre eclesiásticos. Pero, tras lo desapercibida que pasó la película, Norton se alejó de la dirección.
En el pasado 2019, hubo el éxito de la película "Joker", donde más allá de la figura del villano clásico de Batman, se presentaba el drama de una persona con una patología psicológica, y cómo la sociedad lo rechazaba por ello. De hecho, este factor llegaba a hacer que el público dejase de ver en pantalla al príncipe payaso del crimen para ver la pobre vida de Arthur, y que se llegase a empatizar con el personaje.
Bien, pues en el mismo 2019, Norton volvería tras las cámaras por segunda vez, y por primera vez al guión, para presentar la historia protagonizada por el Huérfano de Brooklyn, Lionel, un detective neoyorquino con una memoria fotográfica.
Si en el caso de "Joker", Arthur presentaba una risa incontrolable, Lionel padece de síndrome de Tourette, lo que le provoca tics corporales y la necesidad de hacer rimas graciosas en algunas situaciones. La cinta presenta la historia de soledad y rechazo del huérfano Lionel, una persona que desde pequeño era ya maltratado en su orfanato por las monjas a causa de su patología, y de cómo la sociedad le ha ido repeliendo a lo largo de su vida. De hecho, hay una línea en la película que define a la perfección por lo que ha tenido que pasar el protagonista, en la que dice básicamente que nunca había podido dormir con una mujer.
Brooklyn, tal y como lo llama su jefe, es el claro ejemplo del dedo que la sociedad marca hacia lo que ellos mismos denominan como diferente, apartando al sujeto de lo común, y dejándolo a su suerte.
La historia se basa en el libro con el mismo título escrito por Jonathan Lethem, aunque si bien este se ambientaba en el año de su publicación, 1999, Norton le da una vuelta de tuerca para ambientarlo en los años 50, creando un noir contemporáneo.
La película que comienza con la pregunta de ¿quién ha asesinado a Frank Minna (Bruce Willis)?, jefe y mentor de Brooklyn, acaba convirtiéndose en una trama sobre la corrupción política en la ciudad tras la guerra y el crack, acompañada del racismo desde las altas esferas.
La pareja de hermanos Randoplh, Moses (Alec Baldwin) y Paul (Willem Dafoe), representan las dos vertientes del conflicto político, sobre el derrumbamiento de los barrios más desfavorecidos con la finalidad de la construcción de nuevos edificios.
Con el huérfano de lleno en el conflicto, este descubre el amor en Laura Rose (Gugu Mbatha-Raw), una chica negra que lucha contra la política de Moses, y que no le ridiculiza por sus tics.
Con la resolución de la trama, la película enseña las dos caras de una misma moneda, la prioridad del dinero, del poder, sobre la felicidad personal. Mientras que los hermanos se pelean por su objetivo político, finalmente Brooklyn sería consciente de lo importante en la vida, aquello más allá del trabajo, todo con lo que se querría pasar una vida, el amor.
Se habrán leído ya algunos nombres importantes en la industria, Defoe, Willis… y sin embargo la interpretación de Norton se come la película. Según la Asociación del Síndrome de Tourette Americana, la actuación de Norton representa a la perfección las condiciones de un afectado por la patología.
Otro rasgo aparente a destacar de la película es su banda sonora, por Daniel Pemberton, que aprovecha mucho la época y la localización de parte de la película en un club de jazz, para hacer una genialidad del género. Además, esta incluye una canción original compuesta entre Thom Yorke (cantante de Radiohead) y Flea (bajista de Red Hot Chili Peppers), llamada "Daily Battles", que es una pequeña joya.
Como conclusión, Norton está soberbio detrás y delante de las cámaras, y sin duda "Huérfanos de Brooklyn" es una de esas películas del 2019 que se ha pasado bajo el radar a muchos, pero que sin duda alguna es una gran cinta, y que, aprovechando su estreno en plataformas digitales españolas, todos deberían de ver.