Netflix estrenaba el pasado 22 de abril “El silencio del pantano”, contando con productoras como Televisión Española (TVE), Zeta Cinema y TV3, el cineasta Marc Vigil se inspiraba en la novela de Juanjo Braulio para llevar al cine la historia de Q, a quien da vida el actor español Pedro Alonso. El largometraje, presentado en la sección oficial del Festival de Sevilla 2019, prueba un poco de suerte meses después de su estreno en el catálogo español de la plataforma digital.
La historia cuenta la vida de Q, un periodista que se lanza al mundo de la literatura a través de la novela negra. En sus libros narra violentos asesinatos que el protagonista lleva a cabo en su ciudad natal, Valencia, lo que desembocará en un conflicto entre los más poderosos de la ciudad. La corrupción política y los traficantes de drogas se verán envueltos en un mundo incontrolable de violencia en los que Q es el principal enemigo.
Pese a que la trama parece realmente atractiva, lo cierto es que a la hora de llevarlo a la gran pantalla esta va perdiendo credibilidad a medida que avanzan los minutos. Al principio te adentras en la historia pensando que el misterio y la intriga por saber cómo el protagonista lleva a cabo los asesinatos te va a atrapar en la siguiente escena, pero lo decepcionante es que esa escena nunca llega. A cambio, ante los espectadores se presenta una vorágine de violencia brutal que hace que te sientas realmente incómodo, y de manera paralela, una trama de corrupción política que aunque está bien planteada no logra mantenerte en vilo.
A pesar de todo ello, hay que apreciar dos cosas que salvan la película cuando estás a punto de dejar de verla, que es la banda sonora y la excelente interpretación de sus protagonistas. La banda sonora, responsabilidad de Zeltia Montes, hace que te inquietes y que los momentos más tensos tengan el peso que merecen en la trama; por otro lado, no se puede pasar por alto la interpretación de Pedro Alonso (La casa de papel) , que aunque nos tiene acostumbrados a que todo lo que haga sea excelente, con cada trabajo vuelve a constatarlo. Nacho Fresneda (El ministerio del tiempo) es otro elemento fundamental en la historia, dando lo mejor de sí mismo para mostrarnos a un personaje temible y violento que tiene gran importancia en la trama, y por último no podemos dejar atrás a Carmina Barrios, que con su presencia y aplomo consigue a una matriarca de lo más característica.
Por el momento hay todo tipo de críticas, pues si por un lado unos piensan que la intención del cineasta se plasma al llevar a cabo la historia, por otro, hay quienes consideran que al thriller le faltan muchos elementos para llegar a acercarse al público.
