Las salas de cine no solo son el lugar donde vamos a ver alguna película, sino que también albergan recuerdos como algunas citas románticas, días en familia…
En definitiva, estas siempre están abiertas como un refugio para el espectador, donde pasará las próximas horas en armonía con la película.
Pero a raíz de la llegada mundial del coronavirus a mediados del mes de marzo, las salas de cine, al igual que la mayoría de negocios españoles, se vieron forzadas a su cierre.
Desde entonces, ya se empezó a hablar del daño colateral que esto traería al mundo del cine. Si con la llegada del streaming las salas ya recibían daño, esto podría ser el ataúd de muchas de ellas.
De hecho, junto al cierre, también vinieron retrasos de muchas de las grandes cintas del año, como "Wonder Woman 1984", "Viuda Negra" o "James Bond: Sin tiempo para morir".
Para los expertos, esto supone un año muerto para las salas de cine, pero también se empiezan a hablar de diferentes medidas para que este golpe no sea tan duro.
Teniendo como referencia el caso de China, allí el 28 de marzo abrieron unos 500 cines con medidas muy estrictas, como el espacio de un metro entre espectador y espectador, esto acompañado del miedo de la gente a acudir a lugares públicos generaba salas muy vacías, además de que el gobierno reculó ante una posible segunda oleada y volvió a cerrarlos.
Una de las posibilidades que están sonando con más fuerza, es la adaptación de estas empresas a los antiguos autocines, ya que cumplen con la seguridad del espectador, y este se siente mucho más seguro en su coche sin contacto alguno con el exterior.
De hecho, estos cines no llegaron a cerrar en Alemania, y algunas de las proyecciones que realizaron vendieron todos sus tickets.
En España contamos con 5 autocines, en Madrid, Alicante, Gijón, Getxo y Valencia.
Y ya se habla de la apertura de algunos de estos con una venta online, limitación de dos adultos por coche, y una serie más de medidas que aseguren la total seguridad de todos los clientes.
Probablemente, estos autocines serán la forma más cercana que tendremos de ir al cine, y seguro que se abrirán más de este tipo, hasta que se puedan reabrir las clásicas salas a las que solíamos acudir, que lo harán paulatinamente y con unas restrictas medidas de seguridad.
