Cuidado con el Romanticismo
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En estos primeros días de primavera donde todos nosotros giramos, cual hámster perdido en una rueda infinita de información, números sin nombre, y patriotismo sospechosamente exacerbado, resulta cuanto menos saludable preguntarnos qué se estará cociendo entre bastidores. Y no me refiero a la trastienda de la Moncloa tuitera, sino a los cálculos de un verdadero estado de naturaleza internacional hobbesiano que día a día va madurando sin que nadie se percate. Una verdadera ‘jungla geopolítica’ donde el Consenso de Washington y la China de la Ruta de la Seda se disputan en cada mascarilla el título de salvadores de la humanidad. Pero como es sabido, estas guerras milimétricas se llevan a cabo cual bulla (este año) silenciosa sevillana: tan visible, como silente; tan palpable, como encubierta.

Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda de China, impulsada en 2013 | Foto: Reuters
Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda de China, impulsada en 2013 | Foto: Reuters

Miremos atrás. Varios son los pasajes de la historia moderna dónde Estados Unidos se vistió de emancipador omnipresente: el Plan Marshall de 1948, el régimen del dólar de Wall Street imperante desde la ruptura de Ford con el oro, la Contrarrevolución Neoliberal de los años 70, la Década Pérdida Latinoamericana de los años 80, la Crisis Financiera Asiática de finales de los 90, o su prima hermana europea de 2008.

Fuente: AidData para BBC
Foto: AidData para BBC

A la luz de estos citados escenarios coyunturales globales, la potencia norteamericana siempre se erigió como “ángel custodio del desarrollo. Pero mucho cuidado con el “Desarrollo”. Si hay una cosa que queda clara es que el “Desarrollo” con mayúsculas (definido por la reconocida geógrafa y mentora Gillian Hart como una premeditada intervención de Occidente en el “Sur Global”) fue, es y será el perfecto Caballo de Troya del Orden Mundial. Ese caballo que hoy se viste de avión con aras de solidaridad, no busca nada más que infundir un meditado y más que deliberado dogma moral y económico universal acorde a intereses nacionales particulares.

Como decía Otto von Bismark, La política sentimental no es recíproca. Todos los gobiernos deciden el criterio de sus acciones basándose pura y exclusivamente en sus propios intereses. ¡Por el amor de Dios!, nada de alianzas sentimentales en las que la conciencia de haber realizado una buena acción sea la única recompensa para nuestro sacrificio”.

Cuenta Henry Kissinger (máximo artífice del imperialismo fordista) en su magistral pieza ‘El Orden Mundial’ (Editorial Debate, 2014) que la “nueva diplomacia” nada tiene que ver con el equilibrio de fuerzas, sino con el equilibrio de principios. El mundo vive en una continua batalla de ideas. Basta con mirar al pasado para ver que no eran bombas las que caían sobre México después de la Crisis de Deuda de 1994, sino 18.000 millones de dólares provenientes del FMI y del Banco Mundial en símbolo de solidaridad, cooperación y desarrollo. Sin embargo, el objetivo no era otro que imponer un cóctel de principios neoliberales revisados que reforzaría la posición norteamericana como imperio financiero supervisor y garante en el medio y largo plazo. Esta hegemonía no se consiguió a base de fuerza, sino a través de la solidaridad y la cooperación al “Desarrollo”. Aquella que confirmó a Estados Unidos como potencia hegemónica mundial tal como el sociólogo Enzo Falleto y el expresidente brasileño Henrique Cardoso anunciaban en su particular Teoría de la Dependencia (1979). Creo que esta historia ya va teniendo música propia.

"La nueva diplomacia nada tiene que ver con el equilibrio de fuerzas, sino con el equilibrio de principios"

Mientras que las comunidades autónomas de nuestro país dan la bienvenida a la ayuda humanitaria china que no cesa en llegar, debemos buscar la interconexión entre los distintos factores endógenos y exógenos de una cuestión tan importante que a la luz del día parece efímera. ¿Por qué solo aeronaves chinas llevan sobrevolando el espacio aéreo español de madrugada desde hace ya semanas?

 

Fuente: AidData para BBC
Foto: AidData para BBC

¿Por qué el fundador de Microsoft Bill Gates ha dejado su despacho en Seattle para ponerse a investigar acerca de una vacuna que salvará a la especie de aquella pandemia que tan bien predijo en 2015? Resulta cuanto menos interesante que a las dos semanas de decretarse el estado de emergencia en el Estado de Washington, ya hubiera un tecnólogo en un laboratorio inmunitario con los reactores al cien por cien. Todo ello mientras Gates pide que en el futuro haya que tener un pasaporte biológico como requisito mínimo para acceder a los Estados Unidos por vía aérea.

¿Y qué tiene que ver esto con España? Muchísimo. De hecho, es la clave. España y Europa no pueden volver a caer en un Plan Marshall que no sea propio, venga de Estados Unidos, venga de China, o venga exclusivamente de los europeos septentrionales. Estos Caballos de Troya que rigen el equilibrio del terror geopolítico han demostrado que no conducen más que a la salvación de los hegemónicos a costa de la periferia.

"España y Europa no pueden volver a caer en un Plan Marshall que no sea propio"

Europa debe encontrarse a sí misma y más importante aún, ejecutar la Teoría Monetaria Moderna (TMM) al pie de la letra: emisión de dinero flat reivindicando soberanía monetaria, mantenimiento de los tipos de cambio flotantes y emisión de la deuda en moneda local. Expertos como Juan Carlos Barba (Red MMT), Carlos J. Moreiro (Catedrático Jean Monnet de la Universidad Carlos III de Madrid), o la propia Christine Lagarde (Banco Central Europeo) afirman que así y solo así Europa podrá explotar al máximo su capacidad fiscal.

Una vez aplicada esta terapia de shock económico, se debe articular un fondo de garantías especial y a largo plazo, que no de otra manera, estará vinculado al presupuesto de la Unión. Ahora es el momento de que Europa se una en su diversidad para articular un adecuado contrapeso en el equilibrio de poder westfaliano que pretenden romper la bicefalia china-estadounidense.

"Se debe articular un fondo de garantías especial y a largo plazo, que no de otra manera, estará vinculado al presupuesto de la Unión"

Midamos nuestros pasos, aceptemos la ayuda actualmente innegociable proveniente desde China para nuestros profesionales sanitarios y servicios esenciales, pero pensemos desde ya en una contingencia cuando esto pase que vaya más allá del “Desarrollo” al que nos tiene acostumbrado el dólar y el yuan. La contingencia solo pasa por la respuesta común, proactiva y soberana del euro.

¡Cuidado con el romanticismo! Que la ayuda de hoy no sea la coacción del mañana. A lo mejor esos regalos que no dejan de llover desde China llevan una intención muy diferente en su interior. No sería la primera vez, ni la segunda, ni la tercera… Ahora es cuando toca observar entre tanta neblina. Ahora es cuando hay que garantizar la soberanía de España y de nuestra Unión.

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