El pasado jueves 9 de abril, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, obtuvo los apoyos suficientes del Congreso para prorrogar el estado de alarma otros quince días más hasta el día 26 de abril. La sesión plenaria no estuvo exenta de discursos donde abundaba la crispación y la tensión entre numerosas diputadas y diputados.
A pesar de un numeroso voto favorable para alargar estos quince días de cuarentena nacional, Sánchez se encontró esta vez con la negativa de la formación ultraderechista, Vox, y la CUP, quienes endurecieron sus exigencias al Gobierno de la Nación y pidieron al mismo una total transparencia de los datos y que estos no se oculten.
No obstante, Sánchez declaró en la tribuna de la Cámara Baja la posibilidad de prorrogar otros quince días más el estado de alarma con motivo de la crisis sanitaria del COVID-19 hasta mediados del mes de mayo a fin de que la situación prospere y el número de contagiados y fallecidos descienda progresivamente.
Por ello, el Presidente del Gobierno, en una de sus intervenciones, abogó por una reedificación de los conocidos Pactos de la Moncloa, con el objetivo de que exista un consenso por parte de varios partidos para llegar a abordar esta situación de forma unida y con firmeza y que se produciría para construir un gran pacto para la reconstrucción económica y social de España.
Además de esto, los partidos nacionalistas e independentistas como Esquerra Republicana, Bildu, JxCat y el BNG decidieron abstenerse con el objetivo de que, si se llevasen a cabo estos nuevos Pactos de la Moncloa, deberían hacerse otros pactos de carácter autonómico previamente, ya que no se solucionaría esta crisis con un rey, cuatro partidos y un ejército encerrados en un despacho de la Moncloa, declaró Rufián, portavoz del grupo parlamentario republicano en el Congreso.
