El mundo de la cultura está siendo uno de los sectores más maltratados por el coronavirus. Tras una reunión de la Cambra del Llibre de Catalunya, una asociación que reúne a editores, impresores, distribuidores y libreros, se ha decidido aplazar Sant Jordi. La Cambra entiende que en las actuales condiciones de confinamiento nacional es imposible organizar el evento, así como establecer una fecha concreta. Sin embargo, “si las autoridades sanitarias lo permiten y las librerías estuvieran abiertas, no se renuncia a celebrar un Sant Jordi redimensionado” ese mismo 23 de abril dentro de los establecimientos.
El sector del libro se encuentra muy pendiente de las medidas que tomen las autoridades sanitarias, pues en caso de que no dieran el visto bueno de celebrarlo en abril, la Cambra debería estudiar otra fecha. Todo queda en función de la evolución del Covid-19. El sector apunta que Sant Joan (23 de junio) sería una buena fecha alternativa. Entre otras cosas, porque entienden que sería imprescindible que se celebrase antes de las vacaciones de verano, por motivos logísticos y económicos.
La Cambra señala que el sector del libro se encuentra en una situación de riesgo. La Diada de Sant Jordi supone de ganancia unos 200 millones de euros, una tercera parte de la facturación anual. Por ello, los representantes han pedido tanto al Gobierno de Cataluña como al nacional que tomen medidas para apoyar al ecosistema editorial catalán. Se le pide a la Generalitat que invierta los 13 millones de euros extras en cultura para que ayude “a paliar los efectos del coronavirus en el sector cultural”.
