A veces, la música no suele necesitar de artificios ni grandes escenarios. A veces, tan sólo necesita de corazón y mucho mimo para que ella haga el resto. A veces, necesita de letras de cantautor, una guitarra o ukelele, una pequeña batería electrónica y un recinto que la acoja y la envuelva. A veces, la música es simplemente el resultado de un gran trabajo de un equipo que tan sólo quiere cuidarla. Porque a la música hay que cuidarla para que salga perfecta.
Y MERINO sabe que esa es la clave.
Previos al concierto que iban a dar en Archivo de Indias, un pequeño bar de copas muy coqueto y decorado tipo imperial, les preguntaba como unos chicos de Madrid habían elegido Cádiz para su pequeña gira. «Bueno, es una ciudad con mucho arte
Sandra Merino y Álex Gallego se nutren, principalmente, de sus conciertos y de Instagram. Merinomusica llega a sus nuevos seguidores a través de la opción de publicidad que permite la app. «Veo que la publicidad de Instagram funciona aquí en Cádiz. En Madrid nos es más difícil
Sandra es de esas cantautoras que nacen con guitarra y cuaderno y bolígrafo bajo el brazo; aunque admite que las nuevas tecnologías han sustituido las hojas que solía usar. Antes de MERINO, ya se buscaba la vida en la música, componiendo y escribiendo letras de cantautor exquisitas. De esas que no tienen nada que envidiar a los cantautores recientes como Andrés Suárez, Julia Medina, Ainoa Buitrago o Sofía Ellar. De esas letras que cuentan historias íntimas pero que todos comparten.
Las letras del grupo tratan ideas y sentimientos tan cotidianos como la ansiedad, malas experiencias con contratos, el miedo al salto al vacío, la personificación de los lugares o esa emoción por conocer a gente nueva. Letras originales, llenas de historia y para todos los tipos de público. Letras sobre la vida para la vida.
Álex es el compañero de aventuras de Sandra . Lo mismo es el batería, que marca el ritmo con un huevo de percusión, que compone canciones. Apuesta por el proyecto, por la buena música y por la calidad en ésta. Y cuando se une a la voz de Sandra, crean esa magia llamada MERINO.
MERINO tiene dos años y medio de versiones, composiciones, canciones en las calles de Madrid y aforos completados en sitios como la Galileo Galilei de Madrid, a la que volverán el próximo 25 de mayo para presentar el que será su primer álbum: “Piel, equilibrio y humo”.
Durante el concierto, presentaron algunos temas que podrán escucharse pronto, como “Adiós al temporal” o “Cadaqués”; u otros que ya se encuentra como singles en el mercado (“Todo lo que necesito”, “Por un momento”, “Hacia otro lugar”), o que incluso cuentan con videoclip (“Dilemas en la Oscuridad”).
MERINO define su música en Spotify como “un pop insólito, auténtico y atemporal”. MERINO es esa mezcla del pop con toque ochentero con las canciones de cantautor en acústico al que le dan el toque personal de su marca. Se les puede comparar con Bely Basarte en la melodía, en La Oreja de Van Gogh en las letras pero, sin duda, tienen ese MERINO especial que los hace únicos.
El público los disfrutaba. Los disfrutaba en silencio, marcando el ritmo con los dedos sobre la mesa o en la pierna. La gran mayoría no conocía sus letras pero se contentaban muy a gusto con una buena cerveza y el silencio que dejaba a la música ser y estar. Los chicos lo valoraron. Está visto que no todos los bares respetan tanto la música como en Archivo de Indias en Cádiz.
MERINO cuidó de su público tanto o más como cuida la música que hace. Al terminar, atendieron a los asistentes, que no dudaban en comprar productos del merchandising que habían dejado preparado en la puerta.
MERINO cuida y mima la música. Y se nota. Y el público lo nota aún más. Porque la música es agradecida, y si se crea con corazón como MERINO, llega muy lejos y convierte espacios pequeños en grandes escenarios.
