Miriam Rodríguez es, a día de hoy, el gran relevo generacional en el panorama musical español, y nadie puede dudar de ello. La gallega ha conseguido protagonizar una de las mayores y más sustanciosas entradas a la industria, haciéndose un hueco gracias al tesón y la fuerza que la caracterizan.
Con el tema que la pasada madrugada presentó, Desperté, Miriam ejemplifica todo su proceso hasta llegar al momento en el que actualmente se encuentra, dejando claro que pisar fuerte no es siempre fácil, pero que jamás dejará de hacerlo, cueste lo que cueste.
La cantante manifestó su interés por encontrar un sonido propio, más semejante al sonido de sus directos, con los dos temas que publicó en verano, La diferencia y Más de lo que ves, dos canciones sumamente demandadas entre sus seguidores a lo largo de la gira de su primer disco, Cicatrices, y que se hicieron esperar, aunque fue fructífera esa espera, consiguiendo dos pedazos del alma de la artista en cada acorde de los mismos.
Sabiendo ya cuáles serían los tiros de su siguiente trabajo, sus seguidores han seguido en las últimas semanas con ansia cada movimiento de la joven intérprete, que ha sabido mantener las ganas de nueva música hasta el último momento, enseñando sólo lo indispensable para dejar que ellos mismos tomaran conclusiones al escuchar por primera vez el adelanto del que será su nuevo trabajo. Y las conclusiones han sido, cuánto menos, alabanzas y vítores.
En Desperté podemos ver a una Miriam madura, tanto en profundidad de sus letras como en la producción del tema, ya que ella ha estado presente en cada momento de la producción, con las ideas claras sobre lo que quería y no quería dentro de su próximo álbum.
Con el acompañamiento de su banda, instrumento indispensable para la artista, vemos cómo la producción juega con los efectos del directo de la gallega, creando una sensación de sonoridad envolvente que hace que el tema brinde al oyente un sentimentalismo más fuerte, sintiendo la voz de Miriam entrando por el oído yendo directamente al corazón.
El uso de sintetizadores, característico del estilo británico que ha querido incorporar a su producción hacen que esta sensación se multiplique a niveles jamás antes vistos en el pop-rock español, estilo en el que la intérprete está decidida a brillar como nadie antes lo ha hecho.
La letra de la canción es una sincera declaración de intenciones, una misiva directa que proclama el decidido interés de la artista a convertir el single, y todo su álbum, en una catarsis colectiva con ella de protagonista. En los versos la gallega deja claro que sus dos últimos años no han sido fáciles, pero que, ante todo, ha aprendido a caer y levantarse, y no le da miedo tener que repetir el proceso si es para regresar con esa garra inconfundible.
Ella habla del sufrimiento, de la soledad, de las ganas de superarlo y de salir adelante como nadie más. Miriam está decidida a marcar un antes y un después con su segundo trabajo, y nadie duda de que lo conseguirá.