Monos: el dilema de dos conflictos
Fotomontaje: Paula Rodríguez

En Vavel hemos tenido la oportunidad de entrevistar al director, productor y guionista colombiano Alejandro Landes, con el motivo de resolver algunos entresijos de su nueva película Monos.

Este largometraje ha sido nominado a varios premios como mejor película iberoamericana, ente ellos destaca los Premios Goya y Forqué. Alejandro nos brinda mediante una serie de fotofgramas, una nueva perspectiva del cine bélico, sus singularidades no dejan a nadie indiferente, pues va más allá de lo superficial y se adentra en un mensaje filosófico sobre la naturaleza humana

¿Cómo comenzó la idea de este proyecto?

Comenzó con la reflexión sobre la carencia del sentimiento adolescente, e incluso de la misma naturaleza humana dentro del cine bélico, desde un punto de vista de un país como Colombia, pues lo más común es entorno a otras batallas en la Unión Soviética, Estados Unidos, Francia o Inglaterra. Por otra parte, existía la perspectiva de la vida adolescente, a raíz de ello chocan diversas ideas como el deseo de pertenecer y al mismo tiempo, de estar solo, quién eres se choca con quién quieres ser. Por último, también contemplaba un proceso de paz, un posible fin de conflicto.

¿Cuando habla de conflicto, se refiere al externo, sufrido en Colombia, o también engloba esa idea de la adolescencia?

Por un lado, se trata de una película bélica donde se da una guerra, un conflicto externo, a pesar del desconocimiento de la postura ideológica, si es de izquierda o de derecha, tampoco sabemos lo que significa ganar. Y por otro lado, se transmite el drama interno de quienes están en las trincheras, que además tienen los mismos pensamientos que tendría cualquier persona, pues en el fondo, la tensión entre lo individual y lo colectivo es aquello que caracteriza nuestras vidas. Por esto mismo decidí llamar a la película Monos, de la raíz griega de >, <<único>>. 

Hay quienes comparan Monos con El señor de las moscas, ¿cree que tienen alguna relación?

Pienso que a la gente le gusta clasificar las cosas fácilmente, y El señor de las moscas es una referencia muy común en la cultura, cualquier niño de diez o doce años lo lee en el colegio, yo también lo leí, y sin duda es un texto influyente, sin embargo creo que existen otras obras literarias, cinematográficas e incluso testimonios de periodistas o personas quienes han vivido diferentes conflictos, que también predominan, todos son fuentes de influencia. No obstante, no existe ninguna obra concreta que yo aplicara como fuente de inspiración. 

Ud. decidió mostrar el dolor y angustia de un conflicto lleno de violencia a través de unos niños, ¿por qué?

Consideraba que era interesante a nivel emocional porque no son niños, pero tampoco son adultos. Creo que están en una época que todos experimentamos, cuando surge anhelo de rebeldía, querer irse con los amigos en mitad de la nada y que nadie les diga qué hacer, y a su vez siempre hay alguien diciéndoles qué pueden o no llevar a cabo. También me pareció curioso ese momento donde se chocan infinidad de deseos, como el de pertenecer, ser amado o estar solo. La película utiliza la ambigüedad de no saber si estás en el futuro o el pasado, si el personaje es hombre o mujer, si estás en el paraíso o el infierno, si son de izquierda o derecha, a favor de la reflexión sobre esas ideas.

¿Cómo fue trabajar con unos actores que en su mayoría, tenían escasa experiencia?

Atravesamos una experiencia variada pues había actores de Hollywood muy sonados, y otros no tenían práctica, sin embargo pasamos mucho tiempo juntos antes de disparar el fotograma y eso ayudó a crear lo que luego ves en la pantalla.

Se le conoce por utilizar el cine como un vehículo artístico con el que expresar sus inquietudes, ¿en este caso cuáles serían?

Quería explorar la dinámica de las personas como una especie social y por lo tanto política, donde existe la aspiración de ser amado, al lado de la voluntad del poder. Además, cuestiones formales del cine como un sueño lúcido, algo que apela a tu consciente pero también al subconsciente. También, en particular, el uso del espacio negativo, el sacar las cosas de su contexto ideológico, no ofrecer la información clásica que por lo general aplicamos para la clasificar. Pues los datos como la edad no son relevantes para saber quién eres, estos personajes ni siquiera conocen sus apellidos. 

Imagen del director Alejandro Landes. Fuente: Revista Diners
Imagen del director Alejandro Landes. Fuente: Revista Diners

Monos es una película que aborda problemas sociales, ¿tenía alguna duda sobre la realización del largometraje por la polémica que podría surgir?

No ha sido el caso porque quería utilizar un conflicto que quizás la gente ya conocía para hacerles verlo de una manera completamente nueva. De alguna manera, transita entre lugares comunes para refrescar la perspectiva.

Su película está dando la vuelta al mundo por sus increíbles particularidades, ¿esperaba que tuviera esta repercusión?

Todos pusimos todo, cuerpo, alma y espíritu en esta película, así que todos teníamos las ambiciones puestas en esta, y afortunadamente se ha ido cumpliendo, estamos muy agradecidos.

Ahora que ha adquirido tanta importancia, ¿habría algún mensaje que quisiera transmitir?

Yo no firmo para transmitir mensajes, sino para formar parte de conversaciones donde aparecen interrogantes o inquietudes. Me parece que la película termina con una gran pregunta, apela al espectador en ese sentido, no porque yo tenga la respuesta, sino para ser una parte muy enfática del diálogo.

¿Tiene pensado un nuevo proyecto?

Sí, ahora estoy escribiendo algunas cosas.

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