Crítica de Jojo Rabbit: Una sátira contra el odio que se queda en mitad de dos géneros.
Jojo Rabbit. Fuente: Filmaffinity.com

Un niño perteneciente a las juventudes hitlerianas que tiene como amigo imaginario a Adolf Hitler, descubre que su madre esconde a una chica judía en su casa. Con este planteamiento bizarro, Taika Waititi (director de Thor: Ragnarok y Lo que hacemos en las sombras) coge este punto de partida de la novela de Christine Leunens “Caging Skies” para ofrecernos un relato contra el odio desde un humor algo socarrón y un estilo cinematográfico que en ocasiones recuerda al cine de Wes Anderson.

Jojo Rabbit mezcla claramente el drama y la comedia de forma que en ocasiones puede sacar al espectador del relato que quiere contar. La cinta tiene un arranque sensacional y enérgico y que parece que va encauzar la narrativa desde un punto de vista satírico, esto se refuerza con la primera parte de la película en el campamento hitleriano. Tras un incidente en el mismo, Jojo vuelve a casa y entonces es cuando el drama empieza a asomar dejando de la lado el gran potencial cómico de los personajes alemanes.

En el momento en que la película empieza a añadir elementos dramáticos, le cuesta compaginar el humor satírico con que había empezado y acude a los lugares comunes de todo melodrama intentado emocionar al espectador y en ocasiones lo consigue pero pese a eso ambos géneros no consiguen casar y eso pasa factura a la película. Los elementos dramáticos en escenas de comedia chirrían, pero sobre todo los elementos cómicos en las escenas dramáticas sobran, la figura de Hitler como amigo imaginario pasa de ser un elemento original y cómico a casi molestar dentro de la historia.

Esta mezcla hace que algunas tramas de la cinta no se exploten demasiado, no se termina de aprovechar el conocer aún más el contexto social de la época, esa visión equivocada que tenían sobre los judíos y que la película juega en la relación entre Jojo y Elsa, la niña judía escondida en casa del protagonista o lo poco que profundiza en el personaje de la madre, interpretada por Scarlett Johansson (Historia de un matrimonio) que se convierte en un elemento emocional más al servicio del tramo final de la cinta.

Esto hila con uno de los puntos fuertes de la película, sus interpretaciones. Roman Griffin Davis, como Jojo, hace una interpretación sensacional y que llega al corazón, sin duda con apenas 12 años se convierte en uno de los jóvenes talentos a seguir en sus próximos proyectos. Otra joven talento es Thomasin McKenzie, que nos ofrece un gran trabajo como Elsa, la chica judía. Estas dos interpretaciones hacen que las escenas donde ambos intervienen ganen muchísimo y sean la trama más interesante y lograda. 

 

Aprovechando esto quiero reconocer la labor de dos personajes secundarios que hacen que la película gane puntos. Por un lado Sam Rockwell (ganador de un Óscar a mejor actor de reparto por “Tres Anuncios en las afueras”), se mete en la piel del Capitán Klenzendorf, un oficial nazi que es distinto a todos los que hemos visto con anterioridad y que protagoniza dos escenas importantes de la cinta y nos ofrece un personaje sensacional. Y por otro lado Archie Yates (que protagonizará el remake de “Solo en casa”) que da vida al mejor amigo de Jojo, en un papel adorable y que se queda en el corazón del espectador. 

Otro aspecto positivo es el color de la cinta y el uso de la música que incide en dar un toque distinto a la historia y que ayuda a incidir en los momentos satíricos y emocionales. 

La película ha conseguido 6 nominaciones a los próximo premios de la Academia: Mejor Película, Mejor actriz secundaria (Scarlett Johansson), Mejor guion adaptado, Mejor diseño de vestuario, Mejor diseño de producción y Mejor montaje. Al parecer no es una de las películas favoritas a ganar, pero el sistema de voto preferencial puede hacer que sea la gran sorpresa al tener un perfil parecido a la anterior ganadora “Green Book”.

En resumen, Jojo Rabbit es una película de buenas intenciones y con un transfondo didáctico importante que pese a partir de una propuesta original termina cayendo en terrenos comunes. Aún así puede conseguir llegar al corazón del espectador y se convierte en una fábula contra el odio que no esta de más ver en tiempos que se ciernen oscuros.

Nota: 7/10

Lo mejor: Las interpretaciones, la primera mitad y las escenas de Rockwell y Yates.

Lo peor: La mezcla de los géneros y como su principal reclamo pierde todo su potencial.

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