El SNP quiere un organizar un referéndum entre la población escocesa para debatir sobre la independencia que siempre habían querido este mismo año para evitar la salida definitiva de la UE al final del periodo de transición, el 31 de diciembre de 2020. Por ello, Sturgeon le envió una carta a Boris Johnson, el nuevo primer ministro, en la que le pedía que activara un mecanismo legal para permitir una nueva consulta sobre la independencia escocesa.
En cambio, Johnson respondió : “El pueblo escocés votó decididamente en su momento a favor de que nos mantuviéramos juntos en el Reino Unido. Y tanto el Gobierno escocés como el británico se comprometieron a respetar ese resultado en el Acuerdo de Edimburgo”, negándose así rotundamente a que ocurra dicho referéndum.
Johnson se ha negado a seguir los pasos de David Cameron, el cual llegó a un acuerdo con el entonces ministro principal Alex Salmond, para la celebración del referéndum del 2014, en el que la permanencia en el Reino Unido ganó a la independencia por una amplia diferencia de 10 puntos (55% a 45%).
Pero por otra parte, la líder del Partido Nacional Escocés, Nicola Sturgeon, proclamaría en su defensa: “La unión de Westminster no puede sostenerse sin el consentimiento de las partes. La democracia acabará prevaleciendo. La única duda está en saber cuánto tiempo tardarán los conservadores y el resto, del establishment de Westminster en aceptar algo que va a ser inevitable”.
Además, en el documento remitido a Johnson, y titulado El derecho de Escocia a elegir, la ministra principal recalca cómo el Brexit, ya previsto para 31 de enero, no puede obligar a los escoceses, los cuales votaron más del 60% por la permanencia, a salir de la UE en contra de su voluntad.