El indie ha muerto, el mainstream lo ha matado. Ese es un pensamiento que cada día va haciéndose más y más pequeño entre la gente, pero un pensamiento que existe aún hoy. Hace años, pongamos que unos diez, eran muy pocos, en comparación con la actualidad, aquellos que conocían nombres como Love of Lesbian, Zahara o Rufus T. Firefly. Sin embargo, hoy quedan pocas personas que no hayan escuchado jamás a La M.O.D.A., Vetusta Morla o IZAL.
¿Cómo ha sucedido esto? ¿Cómo se ha pasado de ver a la música alternativa como algo hecho por y para los ‘raritos de la clase’, algo que abre carteles de festivales e incluso suena en la radio? Juancho, vocalista de Sidecars, decía en una entrevista el pasado año que ‘’los grupos de rock y pop rock somos underground y los indies el nuevo mainstream’’.
Este índice de popularidad que ha ido ascendiendo como la espuma durante la pasada década, y que no parece querer echar el freno, se ha producido, entre otros factores, por el acceso que se le ha dado al indie en los grandes medios de comunicación.
La semana pasada en la clase de cultura musical en Operación Triunfo que da Zahara, entre muchas interesantes cosas, uno de los concursantes, Nick, le preguntó el porqué de que ahora la música clásica no tiene la misma popularidad que la que gozaba hace siglos, y ella muy sabiamente contestó que es debido a la falta de referencias que había antes, que al tener más de donde elegir a la hora de crear, hay más donde elegir a la hora de escuchar. Y, al igual que todos los géneros han sido conocidos a lo largo de la historia gracias al altavoz que se les ha dado, con el indie ha pasado exactamente lo mismo.
Las primeras veces que el indie nacional pudo encontrar su hueco entre el huracán musical en el que, y es de agradecer, nos vemos envueltos hoy en día, fue gracias a Radio 3. Cualquier amante de la música debería pasarse a escuchar Radio 3 en algún momento (así como Radio Clásica), ya que es el único lugar en el que cualquier acorde tiene un espacio, por muy estrambótico que pueda ser. A través de los años y sus característicos conciertos, han pasado por Prado del Rey grupos de la talla de Love of Lesbian o Vetusta Morla, dejándoles un espacio valiosísimo para poder enganchar a cualquier oyente que, haciendo zapping, se pudiera encontrar con la voz de Santi Balmes acariciándole el tímpano afinando las primeras notas de ‘Club de fans de John Boy’, o la de Pucho con ‘Los días raros’.
También han sido los responsables de los conciertos gratuitos en el Día de la Música, en los que los cabezas de cartel han sido personalidades tan importantes La Casa Azul, comandados por Guille Milkyway, o Annie B. Sweet. Recientemente, por motivo de la COP25 celebrada en Madrid, han llevado a un escenario preparado para unir la música y la lucha contra el cambio climático, a artistas de la talla de las Cariño, Depedro, Rufus T. Firefly, Rulo y la Contrabanda, a artistas como Izaro, llevando así talento nacional cantando no en castellano, sino en euskera, y reivindicándolo como un idioma precioso y digno de escuchar, o IZAL, que demostraron que lejos del espectáculo de los grandes estadios, pueden lucirse también en acústico.
Pero el gran esfuerzo que se hace en la radio gracias a RNE no es suficiente, hay que ir más allá, hay que ir a la televisión. En Movistar tienen las Sesiones, presentadas por Arturo Paniagua, pero sin duda hay que seguir hablando de RTVE.
En primer lugar, La hora musa, en la 2, es el único lugar en abierto en el que se pueden ver conciertos en televisión, como se podía hacer antes y ahora parece que es algo que ha quedado reducido a la sobremesa de Nochevieja. Por ese escenario han pasado, entre otros, La M.O.D.A o Dorian, una vez más, reivindicando esa música distinta, esas letras rebuscadas y ese espíritu de la diferencia.
Pero si tenemos que hablar de un escaparate musical en la televisión de nuestro país, tenemos que hablar de Operación Triunfo. Qué sería de OT2017 sin que Amaia, de la que más adelante hablaremos, y Aitana, cantaran ‘Con las ganas’, la que es posiblemente la balada indie más notable en castellano, y más en voz de su autora, la ya nombrada, y renombrada, Zahara; o sin Alfred cantando por Vetusta Morla con ‘Maldita Dulzura’.
Tras Operación Triunfo, todos recordamos como Amaia y Alfred sobrevivieron al duro camino que es representarnos en Eurovisión, y en aquel recorrido ocurrió lo que para mí fue un momento único en la historia del indie y la comunicación: el especial ‘Amaia, Alfred & Amigos’. El hecho de escuchar en directo las voces de nuestros por aquel entonces representantes, unidas a las de Santi Balmes (‘Incendios de Nieve’, ‘Fantastic Shine’) o Zahara (‘Olor a mandarinas’, ‘Con las ganas’), fue algo irrepetible. Una gala especial, retransmitida a toda España, abriendo con indie, fue tal maravilla que sigo sin creer que ocurriera.
En OT2018 se intentó repetir el experimento, y aunque Manu Guix no reconocía la canción, Alba Reche cantó el himno de Love of Lesbian, ‘Allí donde solíamos gritar’. Y en la nueva edición de Operación Triunfo que acaba de empezar, esta semana han repartido a Flavio y a Eva ‘Copenaghe’, de Vetusta Morla.
Hoy por hoy y gracias al programa de televisión se ha llegado al punto de que alguien completamente famoso, como es Amaia Romero, haga un disco de indie producido por el grupo El mató a un policía motorizado, y consiga que personas a las que les interesa lo más mínimo cualquier otro grupo de este género, escuche sus canciones y no las intente asimilar al pop o al r&b.
Gracias a estos pequeños rincones comunicativos, y a la inmediatez de YouTube o Spotify, ahora lo alternativo es disfrutable por todos, aunque queda un largo camino para que puedan sonar por la radio o por los altavoces de cualquier centro comercial canciones que no deban estar sujetas a una estructura fija o a ritmos cíclicos. Queda mucho para que no miren por encima del hombro a una persona que pueda escuchar en los mismo sesenta minutos una pieza clásica, una de jazz, algo de reggae y una canción de IZAL. El mainstream ha muerto, las mentes abiertas lo han matado.