Crítica de "Klaus": toda leyenda tiene tiene un origen

¿Qué es lo que más se relaciona con el mes de noviembre? Si alguno de ustedes ha pensado en la Navidad como respuesta se equivoca, todavía queda un poco para las fiestas. Pero esto no parece importarle mucho a Netflix, el gigantesco servicio de Streaming, que ha estrenado y va a estrenar este mes varias películas relacionadas con estas. Una de estas cintas es Klaus, el debut directorial del español Sergio Pablos que también es la primera película animada original de la plataforma (realmente original, es decir, hecha para Netflix).

La trama de la película es la siguiente: Jesper es el hijo mimado de una buena familia. Su padre es el jefe del servicio de correos y espera que él siga sus pasos pero él no tiene ningún interés en hacerlo. Desesperado por su falta de interés en trabajar, su progenitor le da un ultimátum: conseguir que funcione el servicio de correos en el pueblo de Smeerensburg, un asentamiento situado en una remota isla cuyos habitantes están más interesados en pelear que en enviarse cartas, o ser desheredado. Aunque al principio parezca una misión imposible, todo cambiará cuando Jesper conozca a Klaus, un viejo leñador que vive alejado del pueblo y que tiene una gran habilidad para construir juguetes.

Es una película que tiene una historia interesante con bastantes momentos divertidos y/o entrañables. Aunque su estructura es la que uno se puede esperar después de leer la sinopsis, es el tipo de cinta a la que el público se lo puede perdonar.

Los personajes principales están bastante bien escritos. Son unos personajes que la película deja conocer y a los que se ve evolucionar a lo largo del largometraje y por los que el público puede acabar sintiendo gran simpatía. Por otro lado, los villanos, aunque cumplen bastante bien su función en la historia y al público le resultará bastante fácil desear que fracasen, son unos personajes bastante planos con una motivación muy simple.

Las actuaciones de voz de los miembros del reparto no están mal. Aunque tampoco es que sean estelares se nota que por lo menos ponen esfuerzo al decir sus líneas de diálogo y no se limitan a leer sus guiones sin poner ningún interés.

La cinta cuenta además con una animación de bastante calidad. Los escenarios son impresionantes y se quedarán grabados en la mente del espectador. Los personajes también están bien hechos. El director vuelve a un estilo de animación clásico con el que logra distinguir su película de la mayoría de películas de animación modernas y en el que se puede apreciar el esfuerzo puesto detrás de cada escena.

Es por todo esto que Klaus se lleva una nota de 7/10. Es una película de animación que gustará mucho a los peques y no aburrirá a los padres. Una buena cinta para ver en familia en algún momento de las fiestas (o cuando se quiera).