Technoboss es una película arriesgada que renueva la concepción clásica asociada al género musical desde una perspectiva moderna que juega con los valores intrínsecos de los tiempos modernos.
En definitiva la película realiza una crítica aguda a la concepción moderna de la felicidad ya que cada día es más difícil ser feliz con uno mismo y con lo que se hace pese a las adversidades que puedan plantearse.
P: ¿Qué le ha inspirado a hacer esta película?
R: La primera piedra que hemos lanzado para la construcción de esto ha sido mi voluntad de poder observar un personaje en una situación fuera del juego social. Entonces la primera situación que ha venido a mi y a mi co-guionista ha sido la aventura, como los viajes largos de coche que hacemos, cantamos, escuchamos la radio, miramos el paisaje… Toda esa situación es una situación pública pero hay algo íntimo. Eso ha sido la primera cosa que ha venido, ya ahí inventamos su profesión de representante comercial para justificar los viajes y desde ahí se empezó a armar la película.
P: Rovisco, el personaje principal experimenta una evolución a lo largo de la película en la que termina viendo las cosas de manera más optimista. ¿A qué se debe este cambio de mentalidad?
R: Yo creo que de cierta forma es su mérito, es un personaje que puede mirar las cosas de un punto de vista optimista y que al final sale recompensado. Y digo su mérito porque Rovisco es alguien que resiste pero que no necesita de apoyo ajeno para hacerlo, la resistencia puede ser una cosa individual, cotidiana y no necesariamente sufridora. Rovisco es un tipo casi común, tiene un trabajo que no es gran cosa, una casa que tampoco es gran cosa, es divorciado que es una situación familiar común… pero tiene algo que, con toda esta situación está bien consigo mismo. Y esto cada vez lo encuentro más raro. Esto es lo que lo que lo hace casi peligroso, el hecho de que está bien consigo mismo.
P: En relación con ese último aspecto. ¿Cree realmente que es posible que una persona, incluso ya de mediana edad, pueda lograr ese cambio de mentalidad?
R: Mira yo creo que sí, creo que nos puede pasar a todos, aunque el personaje Rovisco sea un señor ya mayor, la película esta ubicada en su presente, y en su presente tal como un niño que va por la primaria o un adolescente que encuentra el amor...alguien que tiene un hijo o alguien que se divorcia… todas las fases tienen retos diferentes y por eso la vida pasa tan rápido, siempre nos estan demandando adaptaciones nuevas. Este es el caso de Rovisco que está lidiando con el paro, encuentra una amante de hace treinta años… todo son situaciones digamos nuevas que se le plantean. Nosotros la verdad es que no conocimos a Rovisco veinte años antes, o cuando tenía veinte años. Quizás ya tenía algo de esta actitud, no lo vamos a saber pero yo creo que sí. Pero también, aunque eso solo sospecho, de que la edad y la experiencia nos dejan relativizar más cosas y nos enseñan un poco a distinguir lo accesorio y ha a aprovechar mejor lo bueno que hay que aprovechar.
P: ¿Cuál es el sentido de tratar la vejez desde un punto cómico?
Yo la verdad no quise hacer una película sobre la vejez, la película es sobre ese personaje que toca que esta en esa edad. Tampoco el objetivo de la película es digamos...sí se propone al espectador reflexionar sobre eso pero de una manera lúdica. Y eso quizás ya tiene que ver más con mi manera de tratar mis películas anteriores que siempre buscan el lado lúdico del cine, no solo de los personajes sino de la propia materia… las propias materias primitivas con las que se hace el cine. Entonces en esa equivalencia de la película y el personaje, no tendría mucho sentido contar una historia de desesperación o de sufrimiento, sí hay algo de soledad con Rovisco, hay momentos en los que lo pasa mal… como cuando cree que ya no va a poder conseguir estar con Lucinda. Pero siempre hay las dos caras de las cosas. A mi me interesó mucho, desde el inicio, no tratar el personaje con misericordia, creo que aunque lo hubiera intentado no lo hubiera conseguido, no es mi naturaleza.
P: Con respecto al reparto de actores, ¿por qué en vez de elegir a un actor profesional como protagonista eligió a alguien sin aparente experiencia en el mundo del espectáculo?
R: No tenía experiencia, venía de jubilarse y tenía setenta años. Además de cargar con el peso de la película tenía que cantar un montón de canciones, por lo que ha sido un acto de una valentía tremenda de Miguel Lobo Antunes aceptarlo y entregarse totalmente al trabajo conmigo. Yo había probado mucho en películas anteriores con una mezcla de actores profesionales y no profesionales, es una cosa que me gusta mucho jugar, con las diferentes dinámicas que traen. Pero para esta yo pensaba que tenía que ser un profesional porque es muy exigente, y hemos hecho un casting inmenso no solo a actores sino también a cantantes… y yo no estaba enamorado lo suficiente para lanzarme a la aventura de hacer la película. Tenía tres, cuatro, buenas opciones, pero me faltaba algo que encontré en Miguel. Lo ví en una fiesta bailando, la imagen se quedó dos días después… traté de contactarlo, le propuse venir al casting y se hartó de reír; tú estás loco, yo no te he hecho nada… me contestó, pero algo ahí había de intuición de que lo podía hacer. Se presentó al casting y yo ahí por primera vez yo vi cosas del personaje que no había visto en otras personas. Él se preparó muy bien y con una actitud muy parecida a Rovisco.
P: En relación con otros de sus trabajos anteriores, suele incorporar mucho la música como un recurso en sus películas. ¿Qué aporta el recurso musical al lenguaje cinematográfico y a la continuidad de la historia?
R: En esta película intentamos que las canciones estuvieran muy cerca del motor narrativo, que no se pare la situación para cantar y bailar, además nos sitúa en otro punto de vista para conocer mejor al personaje, que al final es de lo que la película trata. Yo ya he experimentado con la música en otras pelis, es una parte tan vital en mi vida, tan integrante, que no veo por qué se trata de una manera excepcional en el cine. Nosotros cantamos para nosotros, escuchamos música… la música nos circunda, a veces hasta demasiado… Entonces tiene que poderse filmar como se filma a alguien comiendo o alguien hablando con otro... Intento que la música no sea un momento excepcional sino una actividad constituyente de nuestras vidas y por lo tanto de los personajes también.
P: ¿Usted qué cree que aporta la tecnología a su película, tiene una significación o sirve como contexto para los tiempos modernos?
R: La primera función de la tecnología era de ofrecer situaciones fílmicas, a mi me gusta mucho el plano físico del cine y son situaciones lúdicas que me permitieron eso. Claro que se propone algo también al espectador de reflexionar sobre el mundo en el que vivimos. Para mi la tecnología es solo una extensión del espíritu humano. Muchas veces nosotros nos quejamos y nos disculpamos pero realmente la tecnología solo va hasta donde nosotros queremos. Quizás en un momento más doloroso, cuando el canta para la máquina en el viaje, ahí es doloroso porque la máquina sustituye la persona. Pero yo no creo en eso de la exploración del hombre por la máquina porque esa máquina es representación de otros hombres, y mujeres, claro. Y entonces claro estamos hablando de la exploración del hombre por el hombre.
P: Aparte de todo lo que pueda transmitir esta película a los espectadores, ¿que ha significado para usted esta película?
R: Es mi trabajo hacer películas, yo me considero trabajador, no he sido educado para ser un artista, yo no he estudiado cine. Ha sido digamos un incidente afortunado, por eso no pienso mucho en término de carrera. He sido lo afortunado suficiente para hacer los proyectos que me planteo, en este caso, esta película la escribí antes de rodar el anterior largo. Hubo ahí un hueco de tiempo que yo aproveché para escribir la primera versión. Después fueron los ciclos normales de los largometrajes, de tres, cuatro años, entre financiamiento, prepararlo… bueno montarlo todo.... ahí tuvimos esta vez mucho trabajo de guion para incorporar las canciones con los músicos, escribir la música al mismo tiempo que el guion… Hubo también mucho trabajo de buscar locales porque están en locales muy diferentes. Yo intento siempre experimentar porque tengo que desafiarme en cada película porque sino, bueno, hacer una fórmula no es mi naturaleza. En esta quise experimentar sobre todo con la memoria de un musical clásico. El cine se ha desarrollado, el público también y el pacto no es el mismo que el de los años cincuenta o sesenta. Entonces yo creo que la película tiene ese juego de atracción y repudio con esa memoria colectiva del cine musical. Quizás sea ese el mayor desafío que guardo de esta película.