En primer lugar tenemos Tommaso, clasificada como sección oficial. Narra una historia íntima y personal de un neoyorquino, interpretado por Willem Dafoe, quien vive en Italia con su mujer, quien es mucho más joven que él (Cristina Chiriac), y su hija de tres años (hija del director en la vida real). Es un film confuso que refleja pesadillas, terapia e incluso autoexorcismo, reflejado a través de un humor muy peculiar.
Abel Ferrara, director de esta película, pretende reflejar tantos rasgos de su vida privada que hay momentos en los que llega a ser incomprensible e incómodo. Fue rodada en su piso, lo que nos lleva a pensar en ciertos rasgos que aparecen, como la dificultad de encontrar financiación y la lucha por la drogadicción. Hay innumerables ocasiones en las que suceden acciones que luego dan a entender que no se han producido de verdad, sino que es raíz de la imaginación, el poder de la paranoia y del placer humano. Se repite tantas veces que uno no puede evitar decir “¿Qué es de verdad?”.
A pesar de la buena interpretación de los protagonistas, destacando el papel de Willem Dafoe, actor de otras películas como Spider-man (2002) y At Eternity's Gate (2018), quien se adentra tanto en su papel que hasta sus admiradores pudieron sentir molestia hacia él, debido a sus oportunos ataques violentos y problemas psíquicos. No deja de ser una narración difuminada, oscura e inexplicable. Si esta era la intención del director, podemos aplaudirle por su gran éxito.
Por otra parte, tenemos Adiós, seleccionado como Special Screening (gala). Interpretada por grandes artistas españoles como Mario Casas, Vicente Romero, Ruth Díaz y Natalia de Molina, y dirigida por Paco Cabezas, quien ha mostrado tener un increíble talento.
La trama comienza cuando Juan y su esposa Triana pierden a su hija, quien acababa de celebrar su primera comunión, muere en un accidente de tráfico. Ambos, con la ayuda de la teniente Eli encargada del caso, y la familia de Juan, buscarán a los culpables.
Detectamos un cine español muy alejado del que conocemos, con muchas características del cine de Hollywood, debido a la influencia que ha recibido el director durante los últimos años. La combinación de ambos ha resultado en un emocionante film. A pesar de las escenas violentas y de la representación de desgarradora tristeza por parte de dos padres que acaban de perder a su hija, es imposible apartar la mirada.
Ha significado un homenaje a la ciudad de Sevilla, y más concretamente a la zona de las Tres Mil Viviendas, que es además ciudad natal del director y de gran parte del equipo de rodaje.
Esta última fue utilizada en la gala de clausura, el 16 de noviembre a las 21.00 para despedir el Festival.
