Hace unas semanas, a raíz de una entrevista a Scorsese con motivo de la cinta, el director explotaba una bomba mediática al ser preguntado por las películas de Marvel, ya que afirmaba que eso no era cine. Dadas las múltiples reacciones en el mundo del cine y de Marvel, como la del director de Guardianes de la Galaxia, James Gunn, o la de Kevin Feige, director de toda la orquesta que es el universo cinematográfico de Marvel, Martin tuvo que salir a dar explicaciones a través de una carta.
En ella, Scorsese justificaba que para su generación de cineastas, las películas de Marvel no entraban dentro de su definición de cine, no que no fuera cine.
Pues bien, con The Irishman, el director escribe una última página en su antología del cine de gangster, género que estalla en la década de los 70 gracias a genios como el propio Scorsese y Coppola tras las cámaras, y con protagonistas en muchas de ellas a las caras visibles de The Irishman, De Niro, Al Pacino y Pesci.
Scorsese tiene los ingredientes necesarios para plantar un punto y final a su relación con este género, y a la vez, responder a la pregunta de cómo el concibe el cine.
La cinta adapta el libro I Heard you paint houses, y trabaja a modo de un gran flashback de la vida de Frank "The Irishman" Sheeran. Pero a su vez, muestra la trayectoria de las estructuras políticas americanas de la segunda mitad del siglo XX. Todo ello a través de más de tres horas y media de largometraje.
The Irishman se divide en tres grandes bloques:
-La primera parte de la película: Scorsese introduce el ambiente de la mafia italiana a través de un ritmo muy acelerado y cargado de acción y música, muy a lo Lobo de Wall Street.
-La segunda parte de la película: la música desaparece para convertirse en un silencio solo roto por los diálogos. En esta parte se introduce al sindicalista Jimmy Hoffa, y cómo este acaba en el centro del patio de juegos que es la mafia.
-El broche final: los últimos 40 minutos de la película son una reflexión continua sobre la melancolía y el paso del tiempo. De los minutos más emocionantes que se pueden vivir en un cine.
Scorsese, que suele tender a los excesos, sabiendo la larga duración de la película y las distintas partes de esta, se controla y equilibra todo de una forma magistral.
Los tres grandes protagonistas de esta película, pero en especial De Niro y Pesci (ya que es la primera interpretación de Al Pacino con Scorsese), ven reflejados a través de sus papeles su trayectoria con el cineasta.
Referido a De Niro, como siempre, su unión con Scorsese resulta con su mejor nivel. Son, sin duda, una de las mejores parejas director-actor de la historia del cine. A través de sus ojos se pueden ver todos los códigos de la mafia italiana, con las consecuencias en su vida personal que ello conlleva.
En cuanto a Al Pacino, se le ve más controlado de lo normal (fruto del equilibrio que el director busca), y con ello también su mejor nivel. Su personaje, Jimmy Hoffa, es el hilo conductor del episodio más importante en la vida de Frank, y a su vez es una forma más de mostrar cómo afecta el paso del tiempo a viejas glorias. Sobre todo, con la frase que dice Frank: "Hoffa en los 50 era tan popular como Elvis. Pero es que en los 60, era más popular que los Beatles". La película enseña cómo ignoran grandes personajes y momentos de la historia los más jóvenes, haciendo referencia a cómo también ignoran la mayoría el propio cine de los 70. Hoffa también es el instrumento que la película utiliza para mostrar los hilos internos de la política estadounidense.
Pero la joya de la corona se la lleva Joe Pesci. Tras diez años sin actuar, se dice que Scorsese tuvo que llamarle más de 50 veces para que trabajara con el de nuevo. Pues, cada una de esas llamadas mereció la pena, ya que se ve a un Pesci majestuoso. Cada plano suyo, aunque sea sin hablar, con esa mirada que le dice a Frank que no hay otra salida, es una obra de arte. Se podría llenar un museo a base de miradas de Joe Pesci en esta cinta.
La gran trilogía que el cineasta ha creado con Uno de los nuestros, Casino, y esta película, son el santo grial del cine gangster junto a la trilogía de Coppola con El Padrino.
Y es que, como indica el nombre de la crítica, esta película es el estudio de la historia de un arte, del séptimo arte.
Este año ha sido un año muy melancólico en cuanto a cine se refiere. Primero fue Tarantino con Once Upon A Time In Hollywood el que hacía un tour por la ciudad de las estrellas en los años 60. Ahora es Scorsese el que muestra cómo un viaje a través del cine de gangsters, con las estrellas de los 70.
Sin duda, se sale del cine con el regusto en el paladar de que se ha visto una despedida. La de Scorsese y su reparto del cine de gangster, sabiendo que nadie hará este tipo de cine como lo hace Scorsese.