El violinista y director comenzó el concierto rompiendo con el protocolo que circunscribe a la música clásica, entrando con toda la orquesta por la puerta opuesta al escenario y cruzando entre el público, apoyado sobre grandes aplausos y ovaciones.
Buscando una complicidad con los oyentes dijo: “me han dicho que la audiencia más cantarina del mundo vive en Madrid. ¿Es verdad?”. Tras esta pregunta llegó uno de los momentos más especiales de la noche, Turandot, la ópera maestra de Giacomo Puccini. Esta aria fue interpretada por tres tenores y acompañada por las más de 12.000 personas que asistieron.
A continuación, con un arreglo para coro y carillón, Frank Steijns interpretó “El concierto de Aranjuez”, obra que recibió una gran ovación.
André Rieu contó varias historias. “De vez en cuando me mandan cartas, entre ellas hay mucha gente que me cuenta que tienen vidas difíciles pero que mi música les ayuda. Hace poco hablé con un médico, él me decía que durante 25 años ha intentado en todo momento curar a sus pacientes, hasta que su compañera puso un disco de mi orquesta de fondo, en el centro médico. A partir de ese momento sus pacientes se encontraban mejor, “ya no me necesitaban” –decía entre risas–. La música tiene un poder sanador, no hay nada que llegue tan al fondo del alma.”
Una de los puntos que más caracteriza a este artista es su humor, hace del concierto un show. Ayer se vivieron varios momentos cómicos en los que por ejemplo se tiró “nieve” o globos encima del público.
El público fue partícipe en todo momento, aplicando lo que dijo ayer el propio director: “Está probado científicamente que cantar, pero sobre todo cantar en grupo, da felicidad”, por ello en todas las canciones busca una unión con sus oyentes. En el caso de que sean vals, como ocurrió ayer cuando interpretaron “El Danubio Azul”, el público se levantó y bailó al ritmo de la composición de Johann Strauss (hijo).
El concierto transcurrió a la perfección, hasta que llegado el final, Andre Rieu sorprendió al WiZink Center con la entrada del dúo musical Los del Rio, que convirtieron el recital en una fiesta con “La macarena” y “La Bamba” acompañado por la orquesta. Este momento dejó una anécdota muy curiosa, la pianista Stephanie Detry se subió encima del piano de cola a bailar claqué. (minuto 6:54)
Para terminar, creando un ambiente festivo y animado, se despidió con “Y viva España” versión de Manolo Escobar interpretada por la orquesta Johann Strauss.
No faltaron agradecimientos por parte del público que pidió 5 Bis. Madrid inundó de ilusión la vuelta de André Rieu a España, después de 20 años. Con gran aprecio se despidió diciendo: “Gracias por esta velada fantástica, quien sabe si quizá nos volvamos a ver en esta vida”.
“Hay una cosa que no conoce fronteras, la música” André Rieu.
Próximos conciertos en España:
Viernes 15 de noviembre en Bilbao (Bilbao Arena)
Sábado 16 de noviembre en Barcelona (Palau Sant Jordi)