Se aplaza la salida de Gran Bretaña del 31 de octubre
Boris Jhonson, presidente de Gran Bretaña//Facebook personal de Boris Jhonson

El pasado sábado 19 de octubre el que fuera conservador Oliver Letwin (ahora diputado independiente), presentó una enmienda que dejó la situación fuera del control del presidente Boris Johnson. Esta enmienda fue aprobada por los parlamentarios con 322 votos a favor y 306 a la contra. ¿En qué consistió dicha enmienda? Esta enmienda dice que la Cámara de los Comunes “conservará el apoyo” del plan Jhonson hasta que el Parlamento apruebe toda la legislación requerida para implementar el proyecto de ley.

Boris Johnson aceptó con resignación la ya nombrada enmienda y asegura que “otro retraso supondría seguir perdiendo dinero”. En contra o a favor el presidente de Gran Bretaña tiene que pedir un aplazamiento del Brexit que se encuadraría ya en el 31 de enero del año 2020. Con el tiempo a su contra Johnson tuvo que enviar dos cartas a Bruselas para retrasar la fecha de este. Dos cartas, una que ni si quiera llegó a firmar: en la primera de ellas solicitaba la prórroga a la Unión Europea porque no le quedaba más remedio que hacerlo, esta es la que no firmó el presidente, porque en la segunda de estas Boris Johnson se victimizó, reafirmando su idea de que la prórroga era un error y que no estaba de acuerdo con ella. Momentos después Johnson llamó a algunos representantes de la UE para dejarles claro que la carta pidiendo una extensión del plazo no era suya y que la había redactado el propio Parlamento.

La finalidad de esta prórroga es que los ultraconservadores, una vez que se aprobase la desconexión, no se dedicasen a poner trabas a todos los acuerdos necesarios para evaluar económicamente la independencia de la Unión Europea. La semana que viene estarán todos los focos puestos a la UE para ver si existirá de nuevo una prórroga ante la situación de indecisión política de Reino Unido.

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