“¡Fascista!”, “¡Opresor!”, “¡Estáis pisando suelo español!”, “¡Puta España oe, oe!” ¿Quién no ha escuchado estos gritos en televisión estos días? Y todo ello, a raíz de la sentencia 459/2019 de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y que sirve como resolución judicial del llamado “Caso Procés” y emitida por el presidente del tribunal Manuel Marchena el pasado Lunes. El caso es que la sentencia no ha dejado conforme a nadie, unos acusándola de extrema dureza y otra parte directamente calificándola de “vergüenza”, precisamente por lo contrario.
La primera de estas partes, obviamente el sector independentista, no ha tardado en salir a las calles a protestar, con unas manifestaciones que a los nostálgicos nos recuerdan a las del 1 de Octubre, a raíz de aquel referéndum ilegal y que desembocó en una declaración de independencia fallida, un 155 que hasta ese momento nadie sabía si era el número de la lotería o un artículo constitucional, un presidente huido, unos políticos presos y ahora, unas protestas que cortan el tráfico (terrestre y aéreo), incendian Barcelona y dejan imágenes más propias de un país en guerra que de una de las ciudades más desarrolladas de Europa.
Lo que llama la atención es que la otra parte, liderada por Vox, que fue quien ejerció la acusación particular en el caso, y secundada por las llamadas “Fuerzas Constitucionalistas”, tampoco andan muy satisfechos e incluso en declaraciones a distintos medios, Abascal y los suyos han tildado a la sentencia de “completa vergüenza para España”, mientras piden no solo la aplicación del Art.155 de la Constitución sino que han solicitado la puesta en marcha de otro artículo, el 116, que en resumidas cuentas, conllevaría a la declaración del Estado de Excepción. Mientras tanto el PSOE, prefiere guardar silencio, ya desde la Calle Ferraz no andan con mucho ánimo para meterse en líos.
El problema de Cataluña (si es que allí tienen uno solo), no es algo que descubramos hoy ni mucho menos. Es una serie de hechos llevados a cabo desde una pésima gestión de ambas partes y que se han convertido en un "Juego de Supervivencia" , a ver quién aguanta más tensando la cuerda. De mientras, los ciudadanos, los principales afectados de todo este tema, siguen y seguirán tragando, en algunos casos viendo como nuestro país cruza una crisis institucional y política que no parece no tener fondo, y en otros casos viendo como una parte de la ciudadanía ejerce su derecho de manifestación, pero de forma coaccionada por la Clase Política; llámese dicha Clase Política, Consellers del Govern de la Generalitat de Cataluña o Ministros del Gobierno de España.
