En 2016, la revelación de los papeles de Panamá puso el foco de atención de los medios de comunicación en los paraísos fiscales y las empresas offshore. Miles de empresas pantalla situadas en paraísos fiscales por todos los continentes y que gestionados por el bufete Mossack&Fonseca colocaron millones de dólares de multimillonarios y personalidades para evadir impuestos.
Un trío protagonista de garantía
Gary Oldman (Ganador de un Óscar) y Antonio Banderas (Dolor y Gloria) se convierten en Jürgen Mossack y Ramón Fonseca respectivamente. Rompiendo la cuarta pared, los dos abogados tratan de explicar al espectador las distintas operaciones que llevó a cabo el bufete y nos adentra en el mundo financiero. Este recurso narrativo, que recuerda a La Gran Apuesta (película que narraba las causas de la crisis económica de 2008), es de lo mejor de la cinta gracias al carisma de ambos actores, en especial Banderas, que se encuentra en su mejor estado de forma y a las puertas de una posible nominación por su actuación en Dolor y Gloria.
Junto a esto, la película se apoya en la interpretación de Meryl Streep (Ganadora de 3 premios de la academia), como Ellen Martin, una jubilada que tras la muerte accidental de su marido empezará a tirar del hilo para destapar una estafa de seguros que la llevará hasta los dos protagonistas. Streep capta toda nuestra atención en su aparición en pantalla y logra transmitir la decepción por el sistema y la lucha del personaje por la justicia (en especial al final).
Se pierde en el nudo
El problema de la cinta es que en su deseo de explicar la codicia de los millonarios, su vanidad y el complicado sistema de corrupción que permite que estas fortunas evadan impuestos, se pierde en su nudo en una serie de subtramas, donde el trio protagonista desaparece (salvo breves apariciones de Oldman y Banderas). Esto provoca que el segundo acto se quede largo y algo tedioso, debido a que las historias no son capaces de mantener la atención del espectador y perdemos el hilo de la historia principal y su tono cómico se esfuma.
Cuando parece que vamos a abandonar la película, esta se recupera en su parte final y nos deja los mejores momentos del trio actoral, que vuelven a salvar de la cinta y nos devuelve en cierta manera al mundo real, con el monólogo final, que sin duda dejara al espectador pensativo ante la realidad.
En resumen, The Laundromat (Dinero Sucio) es una película que se pierde al intentar ir más allá de su cometido, pero que nos deja un relato algo entretenido que nos dara algo de pensar sobre la sociedad en que vivimos. Es curioso saber que Netflix, acusada de no pagar suficientes impuestos en nuestro país, sea la productora de este película contra la vanidad, contra la avaricia y que denuncia la impunidad de la evasión fiscal.
Nota: 3/5
Lo mejor: El trío protagonista y su parte final.
Lo peor: El modo en que desconecta en su nudo de la historia principal.