El pasado 28 de abril los españoles acudían a las urnas para elegir al nuevo Presidente del Gobierno. Los resultados arrojaron una victoria del PSOE, pero no obtenía la mayoría absoluta por lo que tenía que buscar apoyos.
Desde la izquierda se avivó la ilusión de formar un gobierno progresista con una coalición entre Unidas Podemos y PSOE, pero las discrepancias entre ambos partidos eran evidentes: los primeros buscaban un “gobierno de coalición” y los segundos ya habían rechazado esta idea de coalición, por lo que buscaban otras alternativas.
Llegamos a una sesión de investidura para la que Sánchez aún no tenía todos los acuerdos cerrados para lograr una mayoría absoluta y nombrarse nuevo Presidente del Gobierno. Pero, la sesión de investidura fue un fracaso. Lo único que consiguió es que la fuerza morada se abstuviera.
En estas últimas semanas aparecía una nueva medida “in extremis” del partido liderado por Albert Rivera (Ciudadanos) que proponía a Pablo Casado (PP) una abstención conjunta para una nueva sesión de investidura antes del 23 de septiembre (fecha límite para nombrar al Presidente de Gobierno ya que este día se disolverían las Cortes y se convocarían nuevas elecciones).
El Partido Popular se negaba a abstenerse. Por lo que llegamos a la última semana decisiva para conocer si teníamos que ir a visitar de nuevo las urnas (algo que ya ocurrió hace cuatro años cuando Mariano Rajoy no lograba los apoyos suficientes y tuvimos una repetición electoral).
Este martes se hacía oficial que Felipe VI tras una nueva ronda de consultas con los principales líderes políticos de nuestro país no proponía un candidato por lo que según el artículo 99: sin un candidato propuesto por el Rey, los españoles se ven abocados a unas nuevas elecciones. Así que el próximo 10 de noviembre volveremos a tener una nueva cita electoral.
Lo más grave es la situación de bloqueo en la que se encuentra actualmente nuestro país. En cuatro años han sucedido cuatro elecciones, dos mociones de censura y la inestabilidad política en Cataluña tras la proclamación de independencia de Carles Puigdemont.
Esta repetición electoral costará un total de 140 millones de euros a todos los españoles, con lo que se podrían habilitar 70 colegios o 40 hospitales. Pero, también hay que destacar que esta inestabilidad política ha provocado que aún continuemos con los presupuestos aprobados en 2018 por el ministro Montoro.
El próximo 10 de noviembre tocará visitar las urnas de nuevo con un Pedro Sánchez debilitado por no conseguir los apoyos suficientes y con el resto de partidos culpabilizándole por todo lo sucedido. Las primeras encuestas vaticinan un resultado casi similar que en las pasadas elecciones.
