Crítica de Fast & Furious: Hobbs & Shaw
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El gran Blockbuster de verano llega para hacer ruido y para ser comparado con la franquicia original por, supuesto. Se debe recordar que la idea del spin-off, en primer lugar, surgió a raíz de la disputa entre Dwayne Johnson y Vin Diesel en la última cinta de la franquicia de Rápidos y Furiosos; fue tan grande la pelea, que los actores no podían ni verse en el set, la producción arreglo escenas por separado para después unirlas en post-producción.

Lo mejor de las últimas películas de la franquicia de Rápidos y Furiosos, ha sido el personaje de Hobbs interpretado por "La Roca"; una figura de respeto que representa la rectitud y la ley. Ahora, en esta producción, se le ve jugar con la idea de tener una antítesis, el personaje de Deckard Shaw interpretado por Jason Statham, a quien ya se vio en el papel en las dos últimas cintas de la misma franquicia.

Es verdad que esta película vive en el mundo de Rápidos y Furiosos, pero se sostiene por sí sola y muy independiente de las otras cintas. Aquí juegan con una intrincada dinámica muy al estilo de "Tango y Cash" de los 90's, una cinta de policías y ladrones que se apoyan mutuamente para derrotar a un enemigo en común, en este caso el súper humano biónico Idris Elba, del grupo Eteon, una organización criminal de tecnología que busca radicalmente imponer sus deseos al mundo y erradicar a los organismos débiles.

Está producción costó poco más de 200 millones de dólares, un Juggernaut del mercado y vale cada centavo. La acción, los sets, y los efectos especiales son el principal protagonista, además claro de la química entre los personajes principales, sobre todo Hobbs & Shaw, la cuál es grandiosa. La familia de Deckard ha mantenido atentos a las cintas de esta franquicia desde su aparición en la sexta producción de Rápidos y Furiosos con Owen Shaw (Luke Evans), después con la madre de ambos Queenie (Helen Mirren), y ahora con la aparición de su hermana Hattie (Vanessa Kirby), cada miembro de la familia Shaw aporta algo al universo de Rápidos y Furiosos, y sobre todo a la acción y desempeño como figuras de poder. La comedia entre todos los personajes es hilarante, y si a eso se añade la acción desmedida y el carisma de todos los involucrados, esto se convierte en un éxito global total.

Es verdad que el guión de la producción deja mucho que desear y la ficción es desmedida. La fantasía en esta filmación sobrepasa los límites de la conciencia, pero si se juzga como una película de realismo policíaco, no se podría estar más equivocado, esta es (como toda la franquicia de Rápidos y Furiosos), una cinta de acción y aventuras de ficción. La película no debe tomarse en serio más que para disfrutarse por lo que es, un sano entretenimiento de verano en el cine. La cinta excede las expectativas de la audiencia y entrega una obra digna del universo de Fast & Furious.

Una producción que desborda en acción, efectos especiales y comedia, un combo digno del verano cinematográfico.

Valoración: 3/5

Lo mejor: la química entre los personajes principales, mucha acción y excelentes efectos especiales.

Lo peor: el guión no es muy bueno y la cinta dura más de lo que debería.

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