El pasado 6 de julio se celebró en Madrid el desfile “Madrid Gay Pride”, en el cual las carrozas recorrieron unas de las principales calles de Madrid, desde Atocha hasta Madrid. Sin embargo, la manifestación estuvo marcada por la política, la formación naranja, que iba a participar con una carroza, sufrió algunos percances, pero ni hubo carroza, ni fue la participación de sus sueños.
La historia tiene un origen anterior claro: el 5 de junio, en Madrid las negociaciones para formar Gobierno tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad son el orden del día, PSOE, Podemos y Más Madrid atacan donde más les duele al “bando de la derecha”, dejando claro que Ciudadanos está pactando con la “ultraderecha”. Las “izquierdas” se dirigen a algunas organizaciones que participan de manera activa en la celebración del Orgullo en la capital de España, como Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid) y FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), comunicando que Ciudadanos podría pactar con un partido político al que califican de “homófobo”, Vox.
La presión se convierte en aviso, el Cogam advierte a Ciudadanos que si quieren desfilar con su carroza deberían firmar un decálogo en el que su punto principal debía ser no formar parte de un Gobierno en el que se tuvieran en cuenta los votos de Vox. El Cogam dio de plazo al partido político hasta el 24 de junio para firmar dicho decálogo, pero Ciudadanos intentó negociar ese primer y principal punto, ya que lo veían “inasumible”, pero se toparon con la negativa de la organización que les insistió diciendo que el PSOE y Podemos ya lo habían firmado.
El plazo se adelantó al 8 de junio y aunque ya tenían pagada la inscripción y la carroza descartaron su participación de esta forma. En Ciudadanos no sentó bien el “chantaje”, incluso se quejaron a la presidenta del Cogam advirtiendo que el decálogo sólo conseguía politizar el Orgullo. Con resignación los de Ciudadanos aceptaron que su carroza no desfilara, pero pidieron poder hacerlo a pie a ser posible entre Podemos y PSOE, sin embargo, el puesto que se les ofreció fue en último lugar.
La suma de todos estos ingredientes terminó con diferentes agresiones (lanzamiento de diferentes objetos, pitidos e insultos) a los representantes de Ciudadanos que participaron en el desfile, entre los que se encontraban Arrimadas, los diputados Marcos de Quinto, Patricia Reyes y Miguel Gutiérrez, y la vicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís.
Ciudadanos culpa de lo ocurrido el 6 de julio al ministro de interior Grande-Marlaska e incluso han pedido su dimisión. Inés Arrimadas lo ha acusado de “alimentar el odio” hacia ellos ya que Marlaska criticó a Ciudadanos declarando que pactaban de una forma descarada y obscena con quien trata limitar derechos LGTBI, en referencia a Vox. Arrimadas concluyó su análisis de lo sucedido dirigiéndose a PSOE y a Podemos: “Si se creen que nos vamos a callar y permitir que se meta a nuestros votantes en el armario ideológico y que se adueñen de España y del movimiento LGTBI y del 8M es que no nos conocen”.
Finalmente podemos decir que los hechos políticos del momento han invadido nuestro día a día y como no, alcanzando a la celebración del Orgullo Gay. Este día ha quedado resumido en la agresión a un grupo político, por unas causas u otras, unos culparan a los otros y los otros a los unos, pero esta es la verdad.
