Lo que era un secreto a voces terminó por confirmarse con la salida de Vengadores: Endgame, y es que tras finalizar una época de éxitos Marvel Studios tiene la obligación de empezar a tomar decisiones, si bien es sabido por todos que la compañía planifica con mucha antelación sus proyectos, resulta inevitable no darse cuenta que la gran productora se encuentra en una pequeña encrucijada respecto a su proyecto.
Para explicar la situación, hay que tener varias cosas en cuenta, en primer lugar, Marvel Studios carece en estos momentos de piezas clave que engrandezcan su proyecto, sus grandes iconos no se construyeron de la noche a la mañana, por lo que en esta ocasión la casa de las ideas cuenta con el doble de trabajo y la mitad de tiempo para consolidar personajes capaces de sostener su universo, tanto en materia de héroes como de villanos, lo cual a priori se presenta como un trabajo complicado que requerirá de los mejores esfuerzos.
En segundo lugar, y aún más importante, Marvel Studios debe decidir si quiere seguir con el mismo plan que tantos éxitos le ha traído, o por el contrario decide lanzarse en búsqueda de una nueva fórmula, el conflicto reside en decidir si continuar con una serie de cintas que mezclen el humor inteligente con la narración épica, o si decide ser osado y plantear nuevos enfoques para sus obras.
Esos nuevos enfoques pueden venir de la mano de tramas más oscuras con una mayor carga emocional en los protagonistas y dejando de lado cualquier espacio posible para el humor. Otra opción interesante sería ver si Marvel Studios se decide por fin apostar de manera firme por sus villanos, asignatura que lamentablemente ha dejado un sabor agridulce en los fnáticos a lo largo de estos diez años.
Los enfoques están sobre la mesa, ahora solo es cuestión de que Marvel Studios juegue bien sus cartas si quiere seguir viendo su proyecto crecer, o si por el contrario entra en una fase de decadencia que muy pocos esperan, pero que lamentablemente algunos intuyen.
