Año 1992, los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Esto supuso el despegue español en el panorama internacional, sin embargo, en los últimos meses de ese año un crimen espantoso conmocionó a la sociedad del país.
El 13 de noviembre desaparecían tres adolescentes en Alcàsser, Valencia: Míriam García, Desirée Hernández y Toñi Gómez. Un mes y medio después aparecían asesinadas. Este hecho causó un increíble revuelo en todo el territorio estatal, provocando el desplazamiento de miles de personas y de una prensa carroñera. Esta prensa fue la encargada de mantener todas las nuevas sobre el caso todos los días, llegando a emitir imágenes desconsoladoras e intimidades sobre el caso en 'prime time'. Un único objetivo: la audiencia. El código deontológico periodístico quedaba atrás.
Ahora Netflix, estrena una serie documental de 5 capítulos que tratan ilustrarnos la envergadura del caso. Sin duda, la historia de este pueblo fue una las oportunidades para mostrar cómo la prensa podía mostrar su peor cara, hecho que se sigue repitiendo hoy en día, cada vez que sale a la luz un crimen desgarrador repetimos el mismo error.
En palabras de sus directores, Elías León Siminani y Ramón Campos: "Nuestro trabajo es una crónica, desde noviembre de 1992 cuando desaparecen las niñas, hasta básicamente hoy. La sentencia del juicio se emitió en 1997 pero su herencia social llega a nuestros días. Arrojar luz puede curar heridas y las del caso son hondas. Los medios entraron sin pensar lo que estaban haciendo en aquel pueblo y llegaron a lo más profundo. En Valencia, las sociedades musicales son muy importantes, el corazón del pueblo. La de Alcàsser está al lado del ayuntamiento. Pues el fatídico programa de Nieves Herrero, en el que se entrevistaba a las familias mientras se hacían las autopsias, se hizo allí. Para mí es una metáfora de lo profundo que se entró y lo hondas que están las heridas."
El documental incluye 58 testimonios, aunque se entrevistó a 160 personas y hay más de 228 horas de entrevistas grabadas a lo largo de un año y medio de producción. Además, se han revisado más de 5.500 folios, incluidos los 4.000 del sumario, la pieza separada sobre la búsqueda del prófugo Antonio Anglés y otros informes descartados de la investigación.
Por otra parte, y al final del documental, se incluye una breve mención al carácter sexista de este caso. Para Nerea Barjola, autora del ensayo Microfísica sexista del poder: El caso Alcàsser y la construcción del terror sexual, "el relato que se construyó es un instrumento que el sexismo social puso en marcha para contrarrestar el avance del Movimiento Feminista y, por lo tanto, para impedir que se produjese un cambio radical para las mujeres". Fue una "narración política" que tuvo un gran impacto en la vida de las mujeres, que de pronto vieron sus libertades limitadas en el espacio público, que debería ser de todos.