Se han hecho muchos films sobre prostitución y también sobre la homosexualidad, pero pocas veces se habían unido. Ahora, el director novel Camille Vidal-Naquet ofrece Sauvage, drama francés con la alta intensidad a flor de piel.
Sauvage cuenta la historia de Leo, quien tiene 22 años y vende su cuerpo con tal de conseguir un poco de dinero y poder mantenerse. Los hombres van y vienen en su vida, y él se quedará buscando un amor sin saber qué le deparará el futuro. El hecho de que el protagonista no pierda su capacidad para dar y recibir amor, es parte de la complejidad de un personaje que mantiene atento al espectador en todo momento.
La cinta funciona gracias al arrebatador lado humanista de esta historia, ambientada en el famoso bosque parisino de Bolonia. Una película algo próxima a una versión masculina de Las noches de Cabiria, cambiando el surrealismo felliniano por un realismo más propio de este siglo.
Este joven, que no quiere ser identificado por un nombre, será cada vez la persona que quieran sus clientes. Lo más impresionante de Sauvage, es el tratamiento del cuerpo que el actor aporta a su personaje. Sin pudores, desinhibido, libre y sin ataduras morales, tanto física como psicológicamente.
La película mantiene en todo momento el dilema de si el protagonista intentará encontrar a alguien que le mantenga, como todos le incitan a hacer, o establecer un rumbo completamente nuevo a su vida. A pesar de tu tema, Sauvage consigue una evocadora elegancia en sus momentos de dulzura y quietud, siendo impresionante y salvaje el retrato inmersivo que Camille Vidal-Naquet hace del protagonista, con un Félix Maritaud que se merece todos los premios del cine francés.
Valoración: 4/5
Lo mejor: Su desgarro y la impresionante e imponente actuación de Félix Maritaud.
Lo peor: A pesar de que es muy dura y explícita, se echa en falta más profundidad en algunas de sus escenas.