Puede gustar menos o más, pero indiferente no va a dejar. Es increíble cómo hasta el que nunca en su vida vio un sólo episodio de Game of Thrones, se tomaba molestias para explicar porqué le parecía una serie "sobrevalorada" o simplemente para decir que no le interesaba verla. Comentarios en Twitter como "Soy parte de ese 1% que nunca vio GOT", se hicieron igual de virales que los elogios y críticas que recibió la serie durante estas últimas semanas.
No es casualidad el impacto mediático que tuvo esta última temporada de Juego de Tronos, es causalidad. Una entrega que de lejos, es la más polémica de todas. Las críticas y comentarios para bien y para mal llovieron, grandes escritores como Stephen King enaltecieron a Game of thrones, miles de fans criticaron severamente el final y la temporada completa, otros agradecieron infinitamente el espectáculo.
Twitter se vistió de gala para recibir tal evento. Explotaron las tendencias. Fue una guerra de opiniones. "Te puede gustar menos o más, pero indiferente no te dejará", ante un final que dejó con sabor agridulce a la gran mayoría de seguidores del monstruo producido por HBO.
Hay que entender una cosa, y es que las redes sociales son el epicentro de críticas, pero muchas veces están sesgadas, no entienden de contexto, tienen prejuicios, o simplemente se fundamentan desde el sentimiento. Que está perfecto, todos tienen su derecho a decir y difundir su parecer sobre cualquier tema, pero implícitamente puede generar una matriz de opinión hiperbólica hacia un lado de cierta visión. Es por esto, que hay que tener cuidado con lo que se emite, intentar analizar antes de escribir, publicar y no dejarse llevar por lo que dicen terceros, es la clave para sustentar un buen comentario.
De una u otra forma, Game of Thrones se ha ganado un lugar que es indiscutible, y es ser la serie más importante de la historia. Esto se lo ganó sin discusión alguna. No es sobrevaloración, es simplemente el resultado de un trabajo casi perfecto que logró impactar en los sentimientos de sus nutridos seguidores. Luego se puede entrar en polémica y detalle sobre ¿cuál serie es mejor? o, si el final estuvo a la altura de las circunstancias. No hay que olvidar un detalle fundamental, y es que nunca antes una temporada fue tan esperada como esta última de GOT, esto elevó las expectativas a unos niveles desproporcionados. Una de las grandes razones para la decepción generalizada.
La serie basada en los libros de George R.R Martín, quizás no sea recordada por su espectacular final, pero, cómo olvidarse de todo lo demás: escenas épicas, producción, diálogos, batallas, frases memorables, personajes que quedarán para la posteridad, las historias, lo que generó y continuará generando. Sin dudas; Juego de Tronos pasó a ese plano que supera el límite de lo imaginable para juntar la ficción y la fantasía con la realidad y trasladarlo hasta los televisores.
Ninguna serie de trama política y de juego de poder, había logrado calar tanto en la realidad y situación de la política actual y de épocas anteriores por igual. El juego de poder, las traiciones y conspiraciones, la irrelevancia de las masas para los poderosos, los pensamientos de los tiranos, la silenciosa y oculta labor de los que trabajan para el bienestar de la gente. Son cosas con las que todos se identifican diariamente, cada persona según su realidad y nacionalidad.
Por ejemplificar un caso puntual, con la guerra entre Cersei y Daenerys, como las masas pasaron a ser simples elementos en la mesa de juego, eran peones en un tablero de ajedrez que fueron sacrificados por dos fuerzas políticas con objetivos diferentes. También se pudo apreciar cómo fracasó la diplomacia intentando evitar el conflicto (algo que suele ocurrir últimamente). Y cómo una "Democracia a medias", surgió para relevar a las monarquías que tanto daño le hicieron a los ciudadanos de King's Landing.
"Al César lo que es de César"
Quizás no guste la política, ni la trama fantasiosa, o el realismo mágico. Pero lo que logró e impactó Juego de Tronos a nivel mediático no lo pudo hacer ninguna otra serie. Después hay miles de discusiones, como el suscitado en redes sobre el polémico -y para muchos-, insólito final. Pero es que una serie tan buena no puede evaluarse solamente por un par de episodios discutibles. Por mucho que quieran desmerecerla para compararla con otra serie, en el balance general todas suman menos puntos que GOT. No hay quién pueda noquearla y en el golpe a golpe casi siempre suma el más fuerte.
El más fuerte en el mundo televiso es el que tiene mejores diálogos, el que logra pegar al mentón con frases inolvidables, el que exhibe episodios y escenas memorables. En este apartado, nadie como Game of thrones, que en frases, diálogos, escenas y capítulos épicos, es inigualable. Después se analizan los detalles técnicos, donde es injusto comparar a otras series con Juego de Tronos, porque el presupuesto de GOT es tan elevado que romper paradigmas se ha hecho extremadamente común para David Benioff, D.B. Weiss y compañía.
Entre gustos y colores no han escrito los autores
Luego hay algo irrefutable: cada quién tiene su opinión respecto a un determinado tema, nadie tiene ni la verdad ni la razón absoluta.
Dar a Game of thrones lo que se merece, que se ganó "Ser la serie más importante de la historia”, no es decir que es la mejor, y que al que no le guste y prefiera otra, está equivocado. No. Cada quién debe tener su propia percepción y preferencias, por eso decir que un producto es mejor que otro, es tan relativo como la vida misma. Lo único que es innegable, es la realidad. Los "escépticos de la realidad" son automáticamente fanáticos, que no entienden de evidencias que están a simple vista y que se pueden verificar con un click. ¿De cuál realidad se habla? De que Game of thrones, es la serie más importante de la historia televisiva.