Sin lugar a dudas, los ganadores morales de las elecciones españolas del 28 de abril, fueron el partido liderado por Pedro Sánchez, PSOE; aparte de serlo también por el número de escaños obtenidos (123); y el partido de Albert Rivera, Ciudadanos, pero ambos deben los resultados escrutados, en parte, al fenómeno VOX.
Entre los votantes del PSOE se encuentran aquellos que tienen al partido socialista obrero español como partido de “cabecera”. También aquellos a los que Pedro Sánchez; sus propuestas y sus intervenciones en los diferentes debates o mítines han convencido. Y por último, los votantes “del miedo”, aquellos que han votado a la izquierda por miedo a un “pacto de derechas” en el que pudiera entrar VOX, y con este todas sus ideas de ultraderecha, las cuales han sido denominadas como retrógradas; en gran medida en redes sociales; lugar donde el partido de Abascal ha llevado a cabo mayormente su campaña electoral. Dentro de estos votantes se encuentran los que tampoco quieren un extremo en la izquierda, Unidas Podemos, o exvotantes de este partido desencantados con muchas de sus propuestas.
Por otro lado, Ciudadanos, aunque no ha quedado como segunda potencia, sí que ha tomado un papel aún más importante en la política española, ya que se encuentra tan sólo a 9 escaños de diferencia del PP (66 escaños), y una de las causas es la irrupción de un tercer partido de derechas en el plano político español, VOX, que ha dividido a los votantes de derechas, creando un alto volumen de estos que no apoyan una derecha tan radical, lo que les ha acercado al partido del señor Rivera. Quizás se debería resaltar que el Partido Popular por no convertirse en la temida "derechita cobarde" ha tomado un papel que ha beneficiado a Ciudadanos, dándole tan alto número de escaños.
Algo muy claro ha quedado reflejado en las pasadas elecciones, con un partido en la extrema derecha, España ha dejado claro que no es un país de extremos.