En el hemisferio norte español se encuentra Castilla y León, la comunidad autónoma más grande del país. Con 93.813 km cuadrados de área, se trata, sin embargo, de uno de los territorios que están en peligro de despoblación por la cantidad de zonas rurales que alberga. Pero más allá del problema de la emigración hay un filón que la comunidad está intentando aprovechar: el turismo rural.
Castilla y León ofrece una gran variedad de actividades y lugares que visitar. Sin duda, el turismo más extendido por la comunidad autónoma es el que recorre las basílicas e iglesias románicas. Además, muchas de ellas se encuentran a lo largo del Camino de Santiago que pasa por Castilla y León, por lo que la peregrinación es otra de las actividades más populares que se realizan a lo largo y ancho de la comunidad. Pero hay una gran cantidad de otros edificios artísticos que permanecen desconocidos para muchos turistas.
Los pueblos de España son los que más historia tienen de Europa, cada uno con sus leyendas y mitos. Castilla y León está compuesta por una gran cantidad de pueblos de todas las magnitudes que merece la pena visitar. Hay algunos que son más conocidos por su gastronomía, otros por sus monumentos y otros por sus entornos naturales. Precisamente, la naturaleza es otra de las bellezas que alberga la comunidad. Hay una gran cantidad de lugares naturales que uno no se puede perder. Aquí, una lista de algunos de estos maravillosos lugares arquitectónicos, civiles y naturales.
Puebla de Sanabria, Zamora
Este pueblo es uno de los más bellos de España. Su conjunto de calles antiguas que transportan a la Edad Media ha hecho que sea declarado Conjunto Artístico Histórico. Su monumento principal es el castillo, que data del siglo XV. También en relación con la cultura y el arte se encuentra la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Azogue, con una de las portadas románicas más emblemáticas. Pero además, la Puebla de Sanabria ofrece un patrimonio inmaterial en el Museo de Gigantes y Cabezudos. Estas figuras son típicas de la villa, que salen a desfilar en las fiestas de las Victorias.
Para añadir, como entorno natural, a 16 kilómetros se encuentra el Lago de Sanabria, el lago glaciar más grande de España. La sierra que lo rodea hace que el paraje sea maravilloso tanto en verano como en invierno.
Los fiordos leoneses. Riaño, León
Puede que los más conocidos sean los fiordos noruegos, pero aún más cerca se encuentran los leoneses. El pantano de Riaño alberga una historia muy interesante. El agua inundó ni más ni menos que siete pueblos, que se encuentran bajo el pantano en la actualidad. A la orilla del embalse se levantó posteriormente el "nuevo" Riaño.
El paisaje es más sorprendente a medida que la visita en barco se introduce dentro de la naturaleza y deja atrás los edificios del pueblo. Si se tiene suerte, pueden avistarse corzos y ciervos en la orilla y algún buitre o águila sobrevolando el paraje.
La Fuentona y un sabinar milenario. Calatañazor, Soria
La Fuentona es un manantial que da vida al río Abión. El manantial parece tener forma de ojo y da vida a un paisaje seco de caliza y un contraste de color con su vegetación verde. Muy cerca de La Fuentona se sitúa un denso bosque de sabinas cuya edad es más que avanzada y que ha visionado algunos acontecimientos de la historia de nuestro país, como las campañas contra el caudillo musulmán Almanzor en el siglo XI.
Mogarraz, Salamanca
Mogarraz es otro de los pueblos de Castilla y León que merece la pena visitar por cómo se ha conservado con el paso del tiempo. Las casas de piedra se combinan con las calles empedradas formando un conjunto medieval junto a las vigas de madera que recrean perfectamente la época.
Se sitúa en el interior del Parque Natural de las Batuecas, lo que aún le hace más especial. Además de este entorno natural tan especial por el que merece la pena pasear para ver sus cascadas, Mogarraz es conocido por sus terrazas agrícolas, que llaman la atención a los visitantes.
Palacio Real de Riofrío. Navas de Riofrío, Segovia
Entre Navas de Riofrío y La Losa se encuentra el Palacio de Riofrío. Este desconocido edificio fue mandado construir por la reina consorte Isabel de Farnesio, cuando su hijastro Fernando VI pretendió alejarle de la Corte. Con la muerte de este rey, el hijo de Isabel de Farnesio, Carlos III accedió al trono y la reina pudo volver a la Corte, por lo que el Palacio quedó a medio construir.
El proyecto incluía una gran cantidad de estancias, caballerizas, teatros y jardines, pero quedó como un edificio a semejanza del Palacio Real de Madrid con una pequeña plaza. El palacio fue usado por los reyes como residencia cuando iban de caza por los parajes segovianos. Actualmente, el Palacio de Riofrío pertenece a Patrimonio Nacional.
Palacio Episcopal de Astorga, León
Su estilo neogótico se debe al gran Antonio Gaudí, arquitecto de este desconocido edificio. El Palacio Episcopal anterior databa del siglo XII y fue construido sobre un solar donado por la reina leonesa Urraca, pero se quemó en un incendio a finales del siglo XIX. Por eso el obispo Joan Baptista Grau i Vallespinós le encargó la construcción de un nuevo palacio a su amigo Gaudí.
El edificio es considerado como un castillo por fuera y una iglesia por dentro. Está hecho con granito gris proveniente de El Bierzo, muy abundante en el momento que se construyó el Palacio. Sin duda, es una de las obras más interesantes del artista.
Orbaneja del Castillo, Burgos
Este pueblo burgalés acumula maravillas tanto culturales como naturales. La arquitectura empedrada de las viviendas hace que el pueblo mantenga su aire medieval. Además, su historia es muy curiosa, pues además de la convivencia de las tres religiones en él, Orbaneja del Castillo fue escogida por los Templarios para levantar el Convento y el Hospital de San Albín, de modo que pudieran proteger a los peregrinos que pasaban por el cercano Camino de Santiago.
En su entorno natural, la Cueva del Agua es una caverna de la que emana una gran cascada de agua natural. Además, la caída de estas aguas subterráneas ha formado unas pozas cristalinas en las que apetece darse un chapuzón.
La montaña palentina, Palencia
No, no es Invernalia. Es la montaña del norte de Palencia. El Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre recorre la montaña palentina que se entremezcla con la Cordillera Cantábrica dando lugar a unos paisajes de lo más maravillosos para pasear entre ellos y disfrutar de la naturaleza más alejada de la humanidad.
Además, es muy importante decir que en este Parque se desarrollan una gran cantidad de especies autóctonas de animales. De estas montañas brotan los ríos Carrión y Pisuerga.
