El arte urbano tiene sus primeros vestigios en el París de los años sesenta, donde se comenzaron a ver inscripciones y pinturas con mensajes políticos en los muros de la ciudad. Sin embargo, el movimiento como tal surge del movimiento inglés del “Street art”, es decir, arte de la calle”. Este término surge a mediados de los años 90, para incluir a un grupo de artistas que, de forma ilegal, llenaban las calles de pinturas con mensajes innovadores, atrevidos, llamativos o reivindicativos.
La pintura urbana se desarrolla, en sus comienzos, principalmente con la elaboración de murales y graffitis con pintura de spray. Esta técnica permitía un mayor desarrollo de estilos y sentidos estéticos. Además, encontramos “arte de la calle” también en forma de pegatinas o posters. En su creación, fue un tipo de arte muy novedosa, ya que, al caracterizarse por romper las normas, se rompían los parámetros que existían en torno al arte tradicional.
Una de las mayores diferencias con respecto al arte tradicional es que, en la pintura mural, el proceso creativo es radicalmente diferente, ya que el medio o soporte sobre el que se trabaja, como es un muro o un edificio, requiere un alto grado de improvisación y de dominio técnico. Por otro lado, la pintura mural debe surgir por iniciativa del artista, y generalmente no se dan los murales por encargo.
Los murales, generalmente, carecen de detalle y, pese a que una gran cantidad de artistas utilizan esta pintura para plasmar el pensamiento o la protesta, hay un gran porcentaje de ellos que crean obras espontáneas. La pintura mural, por tano, también tiene como objetivo promover el ocio sin abandonar un componente atractivo, llamativo y estético de sus murales.
Sin embargo, sí es muy significativo el uso de esta pintura urbana para captar la atención y transmitir mensajes sociales. El arte callejero posee un gran componente de protesta contra la opresión, la marginación y las injusticias sociales, y se utilizan técnicas muy llamativas para captar la atención de los ciudadanos y que estos mensajes calen de manera más impactante.
Principalmente, los temas que se observan en los murales contienen personajes relevantes de la historia política o social, pero también encontramos pinturas de temática muy variada que pretenden representar y mostrar realidades sociales que, en ocasiones, están invisibilizadas o no se visibilizan con mucha frecuencia.
Por tanto, la pintura urbana sí se considera un movimiento artístico, cuyo propósito no es solo la exhibición del arte y del ocio, sino también la creación de una conciencia colectiva que abogue por la transformación social y la lucha contra las injusticias.