Dominaban el debate público, lideraban las encuestas y tenían contra las cuerdas a un Gobierno inestable que había fracasado en Catalunya. Ciudadanos se veía muy cerca de ser el primer partido del centro derecha español. Albert Rivera tocaba La Moncloa. Su estrategia se basaba en absorber todo lo posible a un Rajoy en ciernes. Dejar que se quemara. El partido naranja que juró y perjuró que nunca iba a hacer presidente a Mariano Rajoy, había encontrado en él su mejor baza para crecer.
El caso Gürtel lo cambió todo
No querían que Rajoy se fuera. Un gobernante que era el responsable último de los escarceos de su partido con las malas prácticas, era lo idóneo para revestirse y presentarse a la sociedad como el partido decente del centroderecha español. Las encuestas avalaban su estrategia. Pero la sentencia del Caso Gürtel dio la vuelta a todo. La resolución judicial se esperaba para finales de la primavera. Pero no con tal dureza. 52 años a Correa, 33 a Bárcenas , 31 a Alberto López Viejo... Ciudadanos reaccionó con dureza. "La condena marca un antes y un después", expresó Rivera horas después de que se conociera. Rompían su apoyo al Gobierno y le reclamaban elecciones. Había llegado su hora. El momento que habían estado esperando desde noviembre del 2016.
Ahora tenían la fuerza necesaria para salir a unos comicios a ganar. Pero el PSOE se les adelantó. Con el apoyo de Podemos de antemano, presentó una moción de censura que fue apoyada -sin nada reseñable a cambio- por los nacionalistas vascos y catalanes. Ciudadanos desaprovechó en ese momento su oportunidad. Podían haber negociado con el Gobierno la fecha de unas elecciones, pero no. Continuaron su estrategia de sorpasar al PP, rechazaron cualquier apoyo a la segunda fuerza con más escaños y construyeron un argumentario radical y algunas veces violento.
Casado, Colón y Vox
Con la elección de Pablo Casado como nuevo líder de los populares, la estrategia de Rivera siguió menguando. Ya no tenían que enfrentarse a una persona de salida, y con un pasado cuestionable. Tenían enfrente a un líder joven, sin pasado y con una fuerte carga ideológica. La aparición de Vox volvió a trastocar a Rivera. Ya no era uno el rival, sino dos. Tres opciones en el espacio del centro derecha.
Colón volvió a trastocar las opciones de Ciudadanos. La foto de los líderes de la derecha española tras una manifestación contra una presunta decisión del Gobierno socialista, enmascaró a Albert Rivera. La decisión de su Ejecutiva meses después de no apoyar nunca un Gobierno socialista para evitar que Vox toque poder, acabó por desdibujar a un partido político que nació siendo socialdemócrata y ha acabado compartiendo actos e instituciones con la ultraderecha, con los populismos. El martes, el CIS reveló que Ciudadanos es tercera fuerza, con posibilidades -no remotas- de acabar siendo el último partido político del tablero nacional. Cosas de la estrategia.