Esta Semana Santa abre oportunidades para emprender viajes por todo el mundo. Sin embargo, hay factores que puedes tener cuenta a la hora de elegir el destino. Por un lado, puede que tus días de vacaciones sean solo el jueves y viernes santo junto al fin de semana. Otra opción es que tengas toda la semana. Si tienes más tiempo, podrías viajar a cualquier sitio; pero si tus vacaciones son reducidas quizás podrías viajar cerca de España. Además, se añade la variante del precio.
Si no quieres dejarte mucho dinero en un viaje de unos días, estas son algunas recomendaciones de destinos que no están muy lejos de España y que disfrutarás por su encanto propio. A veces los países fronterizos pasan desapercibidos, pero pueden llegar a ofrecer una variedad de lugares espectaculares que visitar. Aquí tienes cinco destinos no muy lejanos que te encantarán.
1. Coimbra, Portugal
Lisboa y Oporto son los destinos clásicos portugueses. Sin embargo, hay otros destinos muy curiosos del país vecino que pueden aportarnos una visión diferente de un país europeo a menudo infravalorado.
Coimbra se encuentra en el centro de Portugal. Su seña de identidad son las casas de colores que pueden verse desde el Mercado de Pedro V. Es una ciudad pequeñita, pero que merece la pena disfrutar por su casco antiguo medieval, que coincide con la Universidad. Sin duda, es una de las visitas imprescindibles de la ciudad. Es la universidad más antigua de Portugal, creada en el año 1209. La entrada incluye una visita por el edificio de la propia Universidad de Coimbra, entrada a la Biblioteca de la Universidad y al Museo de Ciencias.
Las catedrales Sé Velha y Sé Nova son muy interesantes. La primera de ellas es única por el estilo de reconquista cristiano que tiene. Además, el claustro es una maravilla por sus rosetones, que son únicos y no se repiten. Si te apasiona la naturaleza, no puedes perderte el Jardín Botánico y la Quinta das Lágrimas. La segunda es un lugar muy romántico que te sumergirá en el romance de Pedro I e Inés de Castro.
2. Pau, Francia
Pasado el Pirineo y en el sur de Aquitania, se encuentra Pau. Es una ciudad tranquila que ofrece una gran variedad de actividades. Algunas de ellas son culturales, ya que Pau es una ciudad histórica. En la Edad Media, fue capital del Reino de Navarra en el siglo XVI. Por eso mismo podrás disfrutar de una visita al castillo renacentista de Pau que, a día de hoy, es Museo Nacional. A su alrededor se pueden encontrar muchos restaurantes y bares. Otras visitas culturales pueden ser al Museo de Bellas Artes o la Casa Bernadotte. La segunda es la casa donde nació el músico y rey sueco Jean-Baptiste Bernadotte. No muy lejos se encuentra el Bulevar de los Pirineos, un paseo en el que se puede disfrutar de las vistas de la cadena montañosa mientras te tomas un café.
Respecto a la gastronomía, hay un pase llamado Passe Gourmand que cuesta 12€ y con el que harás degustaciones en los mejores restaurantes de la ciudad. Los platos típicos pasan por quesos y embutidos y vino de Jurançon.
Pau también ofrece actividades deportivas. Su estadio de aguas bravas permite que los turistas prueben a hacer rafting o hidrospeed, deportes acuáticos de riesgo que pueden llegar a ser muy divertidos.
3. Andorra
Andorra no está tan lejos como parece y es un lugar turístico que merece la pena visitar. Para aquellos a los que les atrae la montaña, no hay mejor excusa para visitar Andorra que ver los Pirineos. Desde allí hay una cantidad apabullante de rutas montañosas y de senderismo para disfrutar de la naturaleza como nunca antes lo habías hecho. Además, puedes disfrutar de paseos por diferentes pueblos. Todos ellos son acogedores: Pal, Fontaneda, Ordino, Llorts…
Los amantes del arte y la historia también tiene fácil enamorarse de Andorra a través de la arquitectura románica: la iglesia de Sant Climent, en Pal y la iglesia de Sant Romà, en Les Bons son dos estructuras que no puedes perderte.
Si vas con niños, Naturlandia es un parque de aventuras en Sant Julià de Lòria. Ofrece actividades para niños como castillos hinchables, tirolina, camas elásticas… y otras para adultos, como quads por las montañas. El Tobotronc es un tobogán de 5 kilómetros que va montaña abajo muy divertido.
4. Aveiro, Portugal
Es conocida como la mini Venecia por los canales que tiene la ciudad. Su cercanía con Oporto hace que sea muy accesible desde una de las grandes metrópolis de Portugal. Además, a diferencia de Oporto y Lisboa, Aveiro es una ciudad sin cuestas extremas, por lo que caminar por ella es mucho más liviano.
Si buscas un destino playero, Aveiro es la elección perfecta. Sus playas no tienen nada que envidiar a las españolas. También las casas de rayas a colores típicas son una maravilla para el ojo humano.
En cuanto a la arquitectura, Aveiro tiene unos edificios art-decó que te dejarán con la boca abierta. Culturalmente, la visita al Museo de Aveiro es imprescindible. Antes era el Convento de Jesús, una iglesia del siglo XV decorada con arte barroco.
5. Najac, Francia
Se trata de un pueblo en el sur de Francia ya pasado Toulouse, en la región conocida como Occitania. Lo más bello de este pequeño pueblo es la combinación de las casas medievales con el castillo. Además, esta belleza histórica se combina con la naturaleza del promontorio donde se encuentra y el meandro del río Aveyron que se encuentra cerca de Najac.