Otra semana más a la espera y otra menos para que llegue lo deseado. Los morilenses ven como el tiempo les pasa por delante y claman al cielo para que la espera no sea tortuosa y el momento sea idílico. Momento que está cerca, cada vez más, y el pueblo lo siente. Lo siente porque en las calles huele a incienso, la música de Semana Santa se escucha o los recuerdos cofrades se suceden y prolongan hasta altas horas en los cuarteles de las Hermandades.   

En la tercera etapa preparativa del gran momento, Moriles ha estado cargado de eventos que lo único que hacen es animar las ganas del cuerpo. Un nuevo viernes de Cuaresma donde las Casas-Hermandad abren sus puertas, una exposición de fotos, actos para conmemorar aniversarios, conciertos de bandas o Triduos, son los con los que se ha encontrado el pueblo cordobés esta vez.

En Moriles, los viernes de estas fechas siempre son especiales. Lo que tienen estos, no lo tienen ningún día del año. En cambio, en esta ocasión, un sábado lleno de eventos acoge un protagonismo innegable. El pasado día 23 de marzo, en el cuartel de la Cofradía de Jesús Preso y Santo Entierro de Cristo, tuvo lugar una exposición fotográfica del paisano autor, Jesús Hinojosa Cabezas. Estas fotografías son una delicia para los amantes de la Semana Santa, y no solo este mencionado día, sino muchos más de esta Cuaresma, esta exposición estará a disposición de cualquier morilense que quiera deleitarse con ella.

Por otro lado, en la Casa-Hermandad de “La Soledad”, se llevó  cabo el acto que celebraba el 25 aniversario del Cristo en su Soledad, uno de los titulares de la Hermandad, junto a María Santísima de la Soledad. Tras la pasada bendición de la cruz que porta a este hermoso crucificado, el acto se materializó en este día con la intervención de varios hermanos de la Hermandad y la presentación de un cartel conmemorativo. Enhorabuena, por muchos años y vivencias más en esta Semana Santa.

Además, este mismo sábado se celebró en la caseta municipal de Moriles el I Encuentro de bandas de música “Virgen del Rosario”, con la participación de la Asociación Cultural Musical “Maestro Vitito” de Casariche; Sociedad Musical “Banda de Música” de Nueva Carteya; Asociación Cultural “Amigos de la Música” de Estepa y Banda de Música “Virgen del Rosario” de Moriles. Estas cuatro bandas realizaron un gran regalo al pueblo, otorgándole  alegría, imaginación y sobre todo, música de la fecha.

Por último, y para finalizar esta ronda de eventos de la Cuaresma de Moriles, la Parroquia de San Jerónimo tuvo el placer de dar cobijo al Triduo del “Cristo de la Misericordia, María Santísima y San Juan Evangelista”, celebrado en los días 21, 22 y 23 de marzo. En ese momento, durante esos tres días, los hermanos de la Cofradía tuvieron la oportunidad de emocionarse viendo a uno de sus titulares. Pensar e imaginar ese ansiado día, el Viernes Santo por la mañana.

CRISTO DE LA MISERICORDIA. VIERNES SANTO MAÑANA.

Amanece y otro día grande en el pueblo se avecina. Después de un gran Jueves Santo, Moriles realiza este esfuerzo propio de la época, se levanta y se dirige a divisar una de las salidas de la Iglesia más bonitas de toda la Semana Santa. En la mente de los paisanos, y los no paisanos, que cada vez son más, se dibuja el positivismo característico de ese día. Los cuatro pasos de la procesión, las bandas, la cantidad de gente involucrada y eventos realizados durante esta, ponen luz, música y calor a una procesión de vértigo, preciosa. La cantidad de símbolos que esta recoge es única.

Ya asoma por la puerta  el tercero de los cuatro. Ya asoma la desventura de un Salvador que ha sido traicionado por el mundo al que venía, la desolación de San Juan Evangelista, apóstol del Mesías y asoma el llanto inigualable que se puede dar en este mundo, el de una madre. María Santísima llora y el Imperio Romano le dedica la primera marcha para sacarlo a la calle.

La cruel escena se pasea por las calles de Moriles y la desolación clama al pueblo. Parece real, tanto, que en esta se puede ver el último aliento de Jesús, tocar el atormento de San Juan y oír un último “te quiero” de María.

El trono avanza, solemne y riguroso, se avecina tormenta. Jesús cae. Uno de los símbolos de este día tiene lugar y el pueblo ve como, entre azotes de sayones y lanzas de romanos, Jesús cae. Una vez y levanta, otra y lo vuelve a hacer, pero a la tercera, las heridas no le dejan poner los dos pies en el suelo. La Verónica acude en su ayuda y le seca la cara, y Jesús avanza hasta su juicio.

La Plaza de la Constitución está hermosa, repleta de almas relucientes que esperan otro de los momentos de la Semana. El Pregón, el juicio a Jesús, realizado por el Pretorio Romano. Allí, Anás, Caifás y Benjamín convencen a Poncio Pilato de la culpabilidad del Mesías y este, ante la salvación de Barrabás, es crucificado y matado por el Longino.

Y aquí es donde se produce la escena. Jesús en la cruz y San Juan y María desconsolados son llevados de nuevo a la iglesia, después de que el Imperio Romano protagonice el arrepentimiento de Judas y su posterior suicidio. Tras la última vuelta por el pueblo, la imagen entra en Carrera Oficial y llega, de nuevo a su casa, hasta el año que viene. El Imperio acompaña, ya vestido de luto y las últimas figuras se acercan para conmemorar al crucificado. Moriles se va volviendo negro, un entierro le espera.

Suenan las campanas y Jesús descansa, San Juan sufre y María llora. Suenan las campanas y Moriles espera su Misericordia.