Antonio López: "Me han dicho que hago una obra triste"
Antonio López trabajando en su obra "Hombre y Mujer".
Fotografía del blog Volga Princess.

“He tenido mucha suerte con mi trabajo; el trabajo me ha dado muchísimo”, comentó Antonio López al periodista Jesús Fonseca en su entrevista para la Radio Televisión de Castilla y León. El artista confiesa sentir una unión con su trabajo fruto del destino. Con tan solo trece años de edad, Antonio López viaja a Madrid para preparar su ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, terminando los cinco cursos en 1955. Desde entonces, su trabajo le ha llevado a ganar varios premios y a participar en muchas exposiciones colectivas, así como en individuales fuera de España, en Nueva York y Londres, hasta conseguir ser expuesto en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1993.

La obra expuesta de Antonio López está compuesta por pintura y escultura. Es muy significativa la ausencia de figuras humanas en sus obras paisajísticas y, en caso de los retratos, suelen ir en parejas, a excepción de las esculturas individuales. Esto es debido a una gran influencia familiar por parte del autor, que representa a sus abuelos y sus padres en pareja en varias de sus obras pictóricas.

Además, el autor siente especial predilección por los desnudos en escultura, teniendo siempre presente el sexo y la sexualidad de las figuras humanas. Más allá de su obra expuesta en el interior, es muy significativa su labor en escultura monumental exterior, como las dos cabezas de bebé situadas en la Estación de Atocha, en Madrid.

El dibujo forma una parte esencial de la obra de Antonio López, que el describe como una forma de crear un “encefalograma del alma”. El dibujo permite expresar, mediante formas cosas más personales. El dibujo, para Antonio López, tiene un componente abstracto esencial transmitido a partir de formas expresivas por sí mismas. Aun así, él afirma necesitar medir con exactitud estas formas y dibujos, para eliminar la angustia de la pintura caótica mediante la creación de simetrías.

Madrid se convierte en un eje temático muy importante de su obra. Vivió en Madrid desde 1949, con trece años, y desde el principio supo que aquel era su lugar, tal y como expresó en el reportaje “Antonio López, apuntes del natural” de RTVE La 2. Antonio López representa “el Madrid sin historia”, sin figuras en las calles, sin firma, un Madrid que permite conocer mejor la vida de las personas. Asimismo, los interiores juegan un gran papel en su obra.

Sin embargo, no podemos entender a Antonio López sin combinar su obra pictórica con su labor escultórica. Como él expresa, no le basta sólo con la pintura; necesita la escultura para expresar todo lo que siente. Es por esto por lo que no se considera un “verdadero pintor”. Para él, “los verdaderos pintores no necesitan la escultura para expresarse, les vale con la pintura”. Él en cambio, pensaba en escultura, en volúmenes y perspectivas, más allá del dibujo y la pintura.

No sé cuánto tiempo trabajaré en un cuadro, hasta que se llene de esa sustancia, hasta que me canse”, comentaba Antonio López en el reportaje “Antonio López, apuntes del natural”, hablando de su obra sobre el natural. Contaba también en la Radio Televisión de Castilla y León que “si no tienes una relación cálida con la obra es como una relación amorosa: es mejor pararte y volverte a cargar de energía y deseo para continuar”.

Hay aquellos que dicen que la pintura de Antonio López es triste y sombría. Sin embargo, él lo describe como que la representación del mundo real a veces puede ser sombría, es algo inevitable. Para él, es mejor pintar la realidad tal cual se siente, sin maquillar, sin caer en la estética del horror. “La verdad está antes que la estética”, explica el artista.

A pesar de todo, Antonio López afirma con seguridad que le gusta el mundo, y se siente muy próximo a la gente. “Me gustan sus caras, me gustan sus gestos, y me gusta su compañía”, comentaba al periodista Jesús Fonseca. Durante toda su carrera profesional ha logrado lo que muchos artistas desean: ser entendido. Gracias a ello, se siente cercano a la gente, y sus obras perdurarán en la memoria de aquellos que comprenden el mensaje y la imagen que transmiten.

Actualmente, el Museo Regional de Arte Moderno de Cartagena recoge su exposición “Juventud”, junto con Andrés García, y participa en la exposición “La poética entre abstracción y figuración. Arte español en los años 50 y 60” del Instituto Cervantes.

“La pintura es un oficio como cualquier otra actividad que pueda ser útil a la gente”.

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