Eran las ocho de la tarde de un frío jueves de San Valentín en Madrid. Cinco minutos después de que se abrieran las puertas de La Riviera, más de cincuenta personas se agolpaban ya en torno a la valla que separa el escenario de las primeras filas. Cuando faltaba alrededor de una hora para el inicio del concierto, las luces se esfumaron. En ese momento, salió al escenario JC Stewart, guitarra en mano. Un joven cantautor irlandés con una voz impecable cuya tarea era la de calentar al público antes del plato principal de la noche, y vaya si lo consiguió. Tras unas pocas canciones, le sustituyó Ryan McNullan, el segundo telonero, que terminó de encender por completo a la audiencia.
La pista de La Riviera se llenó hasta la bandera durante estas dos actuaciones. No fue ninguna sorpresa, ya que el sold out estaba colgado desde hacía semanas. El público (cuya media de edad superaba los treinta años) esperaba impaciente a sus héroes, y estalló en vítores cuando las luces se apagaron y la música de ambiente se calló. Snow Patrol salió al escenario con una explosión de luz y sonido. Un sonriente Lightbody se dirigió al centro del escenario y Take Back the City fue el tema escogido para abrir el show.
Las clásicas canciones de la banda irlandesa se sucedieron acompañadas de unos recursos de imagen y luz que crearon una atmósfera única en la sala. Don't Give In fue el primer tema que sonó de Wildness, su último álbum de estudio. En una de las pausas entre dos canciones, el frontman Gary Lightbody se acercó al micrófono para disculparse por su larga ausencia de los escenarios, pero aprovechó para asegurar que, una vez habían vuelto, no pensaban irse a ningún sitio.
El primer gran momento de la noche llegó cuando sonaron los primeros acordes de Run, uno de los grandes clásicos de Snow Patrol. Una canción que, según dijo el vocalista, les hizo pasar de tocar para veinte personas a ser mundialmente conocidos, incluyéndola entre las que más orgulloso está de haber compuesto. Hacia el cuarto final del concierto, Lightbody se quedó solo en el escenario con una guitarra acústica. Aquí comenzó el momento más emotivo del show. El irlandés interpretó I Still Love You, canción perteneciente también a Wildness. Según explicó el cantante, habla sobre cómo se conocieron sus padres. El temblor en la voz de Lightbody al cantar este tema se entiende cuando se recuerda que la demencia que sufre su padre fue uno de los motivos que le mantuvo tanto tiempo alejado de los escenarios.
La solemnidad dejó paso a la auténtica locura cuando, al regresar el resto de la banda, sonó el arpegio que abre Chasing Cars, la archiconocida canción de los británicos. La sala, que por momentos pareció un estadio, coreó la letra desde la primera hasta la última palabra.
El show llegaba a su fin. What if This is All the Love You Ever Get y Just Say Yes, fueron los bises que cerraron una noche redonda. Snow Patrol finalizó así un concierto que desbordó profesionalidad. Los asistentes volvieron a sus casas, casi con total seguridad, más felices de lo que salieron de ellas.