El cine es un entretenimiento que se basa en presentar una historia al espectador, y es que como todo arte, el cine basa su actuación en tres potencialidades que deben ser aprovechadas al máximo. Estas potencialidades son: la trama, los personajes y el mensaje de la película, cuando estos tres elementos son bien abordados y desarrollados es cuando nos encontramos ante una película en toda regla.
A pesar de ello existe un elemento que es conocido entre los espectadores y fanáticos como un simple acompañamiento, este elemento es la banda sonora. Y es que este artículo versa precisamente sobre ello, la infravaloración que siempre ha recibido y sigue recibiendo este concepto dentro de las producciones cinematográficas.
Con el objetivo de aportar argumentos sólidos a favor de la banda sonora hay que señalar en primer lugar que hace algo más que ambientar, es decir, es algo más que un sonido de fondo en las escenas. Su función es realmente expresiva no solo de los estados de ánimo de los personajes, si no del clima emocional de la escena que abordan, y es que si no fuera por la banda sonora, sería mucho más complicado para los personajes reflejar una buena carga emocional sin una melodía que los respalde. Es en este punto en el que se refuerza más que nunca el argumento de que una banda sonora no es un acompañamiento, es un apoyo y un pilar en la industria cinematográfica.
Como segundo y último argumento esta su función redundante, pues el espectador cuando abandona la sala de cine recuerda aquellas escenas destacadas, sin embargo pasado un tiempo es probable que recuerde de la misma manera una banda sonora, sobre todo si está bien realizada. Precisamente en esta similitud de autoridad entre bandas sonoras y escenas es donde se puede volver a desmentir la poca relevancia de este concepto cinematográfico.
En conclusión, el hecho de que existan dos argumentos a favor de las bandas sonoras, no indica de ninguna manera que existan pocas razones para tenerlas en cuenta. Todo lo contrario, pues si existen argumentos que refuercen tanto su postura, el hecho de que sean dos es irrelevante si se tiene en cuenta su gran poder argumentativo.