Crítica de: El Regreso de Mary Poppins
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El director de está secuela es Rob Marshall a quién hemos visto hacer grandes producciones musicales como "Into the Woods" del 2014 o la ganadora del Oscar "Chicago" del 2002. Marshall no es un director amateur, suficiente tiempo lleva trabajando para la compañía del ratón como para presentar una buena propuesta, no obstante esta producción no lo es. Ésta cinta se puede definir como un homenaje a la original de 1964, hay muchos elementos familiares, la animación en 2D muy estilizada mezclada con la actuación live action por ejemplo, el hecho de que este situada en el Londres antiguo durante la depresión o incluso las coreografías musicales.

La película tiene lugar 30 años después de la primera, los originales niños Banks ahora son adultos con responsabilidades acorde a su edad y posición, Jane (Emily Mortimer) trabaja como apoyo en varios refugios para ayudar a gente sin empleo o casa, además de ser una representante de los derechos de los trabajadores y Michael (Ben Whishaw) trabaja en el mismo banco que su padre, recientemente viudo y con tres hijos a su cargo, Michael enfrenta una situación difícil cuando Mary Poppins se presenta para ser un apoyo, por lo menos en cuanto a los niños se refiere. La cinta no posee ningún elemento innovador como lo fue la original que en su momento presentó efectos revolucionarios que sorprendieron a la audiencia, esta producción no hace nada más que apoyarse en la familiaridad de la antigua, el efecto nostalgia se hace presente de nueva cuenta.

Hay actuaciones que son especiales en la cinta sobre todo las de los jóvenes actores británicos, los gemelos Anabel (Pixie Davies) y John (Nathanael Saleh) y el pequeño Georgie (Joel Dawson), además la producción nos ofrece pequeñas joyas de cameos como la prima Topsy interpretada por Maryl Streep que nos deleita con un fabuloso número musical, Dick Van Dyke actuando como el Sr. Dawes Jr. Otra muestra excepcional de que aún no ha perdido el toque, Dick Van Dyke actuó en la película original como Bert y el Sr. Dawes fundador del banco, después tenemos cameos de la original Jane (Karen Dotrice) en el papel de la vecina elegante con el canino, Ángela Lansbury como la señora de los globos, y Colin Firth como el banquero Wilkins; pero las aportaciones en esta cinta más relevantes son la de Jack (Lin-Manuel Miranda) y Mary Poppins (Emily Blunt) y no por sus actuaciones deslumbrantes sino por la falta de eso, los personajes aparecen como copias sin resplandor de los originales Dick Van Dyke y Julie Andrews. La personalidad de Blunt nunca sobresale, trata de interpretar una sombra de lo que fue Andrews, nunca brilla y nunca resalta como algo especial mientras que Lin-Manuel pretende ser Bert sin la chispa que identificaba al carismático actor de antaño.

Es verdad que la cinta recae mucho sobre la nostalgia del pasado hacia la original, el tributo que le rinden es especial y la cinta pese a su falta de originalidad o resplandor por parte de sus estrellas termina siendo un viaje entretenido, nunca olvidaremos la original y lo que nos hizo sentir, jamás pondremos de lado las canciones o números musicales tan pegajosos y espectaculares de los hermanos Sherman como "A Spoonful of Sugar" o "Let's Go Fly a Kite" y como olvidar la fantástica "Chim-Chim-Cheree" canciones que aún hoy tarareamos al escuchar. Siempre podemos visitar la cinta original y continuar guardándola como un recuerdo especial, esta producción tiene lo suyo en cuanto a una nueva aventura se refiere pero tambalea cuando se trata del comparativo con la del 1964, es predecible, sin una trama original y con diálogos planos he irrelevantes, pero las pequeñas joyas de apariciones estelares antes mencionadas le dan un toque especial que permite al espectador entretenerse y divertirse, vayan a ver esta cinta musical familiar y vivan una nueva historia en la vida de Mary Poppins de P. L. Travers.

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