Anuario VAVEL Cine 2018: 130 años desde la primera película
Fotomontaje de Jorge García

Han pasado 130 años desde que en 1888, un 14 de octubre, Louis Le Prince decidiera coger una cámara y grabar durante 1'66 segundos La Escena del Jardín de Roundhay. 

El camino para llegar hasta ese jardín, para que Louis pudiese tener esa cámara entre sus manos, para que durante 1'66 segundos pudiese jugar a ser cineasta, fue largo y difícil.

Tras conseguir filmar aquello, tampoco fue todo rodado. Ya que, tan solo fue un experimento. Tuvieron que pasar siete años para concebir tal atrevimiento como un espectáculo. Llegó de la mano de los Lumiére, cuando un 28 de diciembre de 1895, tal día como hoy, nos gastaron la mayor inocentada de la historia.

Desde entonces, el cine atrapa a personas. A algunas solamente durante noventa minutos, a otras para toda la vida. Las cautiva y les muestra un camino. Pero, estoy seguro de que a todas las compunge y las excita. Porque el cine te agarra y no te suelta. Te hace reír y te hace llorar. Hace que te enfades... o que te aburras. Pero tiene un efecto en las personas. Como si tuviese vida propia. Un efecto propio del arte, propio de lo que es.

Pero ya está bien de inicios. Sobre todo, porque esto va de finales. De uno en concreto. Del final del 2018. Un año más, el séptimo arte ha pasado a través de nosotros dejándonos sus particulares secuelas. Y no hablo de segundas partes. De modo que, es apropiado analizar nuestra más cotidiana y personal dosis de arte.

La máxima representación del cine siempre ha sido el largometraje -cada vez más largo-. Y por ello, merece ser dividido según lo mejor de cada casa. Así, la cantidad de géneros con los que nos deleitan han concebido esta clasificación:

 

 

 

 

Bajo el criterio personal de cada uno, también está la posibilidad de dividirlo geográficamente -¿por qué no?- y huyendo de Hollywood: 

 

En un mundo de opuestos, la existencia de un largometraje está profundamente interconectada con la de su hermano pequeño, el cortometraje.

Todo este mundo de sueños y fantasías, de dramas y realidades, está aderazado con otra creación del ser humano propia de dioses. La música. Cada composición visual necesita -o no, latente el cine mudo aquí- de su audio. Así, a parte de las evidentes voces de los personajes que dan vida a las numerosas cintas, no han de faltar las bandas sonoras.

Así, cada producción se somete a un proceso que nos brinda otro elemento esencial. El tráiler. Un adelanto de según que película -o corto- puede causar gran expectación. Casi tanto como una escena de poscréditos de una película de Marvel. ¿Los mejores del año? Ahí van.

De este modo, y llegando al final, queremos homenajear a la fotografía en un año en el que se ha hablado ampliamente de ella gracias a la producción de Netflix, Roma dirigida por Alfonso Cuarón.

Y aquí finaliza el Anuario de VAVEL de este 2018. Gracias por leernos y darnos la oportunidad de formar parte, por mínima que sea, de este mundo y de vosotros. Ha sido un gran placer y lo seguirá siendo en 2019.

¡Felices Fiestas!

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