El segundo largometraje del director Drew Goddard, muy esperado por aquellos que salieron cautivados de 'La Cabaña en el Bosque', reúne una serie de requisitos que hace que nos encontremos con una de las películas más interesantes de este año. Durante casi dos horas y media de película encontramos suspense, escopetas, música y sobretodo muchos giros inesperados.
La gran baza a la hora de vender esta película es el repartazo de lujo que se ha buscado Goddard para su película. Entre ellos encontramos a Chris Hemsworth, en un registro muy diferente al habitual; Dakota Johnson; Jon Hamm; Jeff Bridges, en uno de los personajes más interesantes del filme; y Cynthia Erivo, con unas interpretaciones musicales alucinantes.
Los dos primeros actos de la película son completamente apasionantes, la forma de narrar de Goddard, muy comparado con Tarantino, es completamente atrapante. Además, el guion cuenta con unos personajes muy bien desarrollados, bastante originales y muy interesantes. El problema viene en el tercer acto. Parece que la historia va a acabar a un sitio muy interesante, algo que no ocurre, y que se suple con algo que no tenía demasiado que ver con lo que se estaba contando y que te saca un poco de la historia. Está relacionado directamente con el personaje de Chris Hemsworth, que es el que menos me convence, aunque su interpretación es bastante correcta.
No obstante, creo que la primera hora y media compensa con esos últimos cuarenta y cinco minutos. Aun así, creo que aparte de esto la película se excede un poco de duración, algo que a mí en lo personal no me ha importado, ya que ha sido con la excusa de desarrollar correctamente a los personajes.
En conclusión, creo que es una película con algún pequeño problema, pero que se suple con una propuesta muy interesante, un reparto de lujo y una puesta en escena increíble. Para mí, sin duda, es una de las sorpresas del año.