Vivimos grandes días para la música en nuestro país. La proliferación de conciertos ha sido notable en los últimos años gracias a los festivales, nuevos formatos de escucha online y un público que responde a las convocatorias de sus artistas. No es de extrañar que haya personas que disfruten, como mínimo, de un concierto a la semana, y sin necesidad de estar en Madrid. También puede ser posible, por ejemplo, en la provincia de Alicante.
Esto genera que en muchas ocasiones, cuando echamos la vista atrás, no recordemos muy bien algunos conciertos. "¿Qué canciones llegó a tocar? Es que como ha pasado tiempo, ya no lo recuerdo bien", suele ser el comentario en ciertas personas al hacer memoria.
Suele ocurrir en aquellos conciertos que trascienden correctamente, bien, sin ningún tipo de apuros pero que no pasarán a la historia. Aunque debe quedar claro que es con una banda dejándose todo en el escenario -al igual que el público- y con un disfrute común. Sin embargo, Alicante ha vivido en este fin de semana un concierto que entre los asistentes ya daba la sensación que se estaba convirtiendo en único e imborrable.
"El concierto de Sofía Ellar ha sido una experiencia mágica e imborrable, para siempre"
Sofía Ellar actuaba en la Sala The One de Alicante, un concierto esperado por el crecimiento constante de la artista. Los alicantinos ya pudieron disfrutarla en mayo el año pasado en la Sala Stereo, con su gira Seis peniques, y en julio en El Molí de Jávea con el nuevo álbum, Nota en do.
Pero en esta ocasión, las circunstancias eran diferentes. El sábado, Sofía Ellar salía al ruedo de una gran plaza, con un numeroso público que ya le venía esperando desde hace tiempo. Era una prueba de fuego y ella consiguió salir por la puerta grande.
La artista demostró, en más de una hora y media de concierto, que es una cantante y compositora lo suficientemente madura para asimilar todo lo que le está viniendo pero todavía conservando su impronta natural, juventud, desenfado y recordándonos a “esa niña, cansada de oficinas, que se busca la vida cantando esta canción”.
Horas de espera para coger un buen sitio
A primera hora de la tarde ya había público esperando y rondando la Sala The One para poder ser de los primeros en entrar al recinto. Muchos ya le conocían desde hace tiempo, otros la conocieron en Stereo y desde entonces se engancharon a su música, mientras que tan solo un pequeño grupo reconocía que la había escuchado recientemente por Spotify pero era suficiente para haberse enamorado tan rápido.
Una vez dentro, la amplia sala acogía una perfecta puesta en escena e iluminación que sería inaugurada por Rosco, músico de la banda de Sofía que tuvo la oportunidad de tocar antes del concierto un par de temas de su álbum y sorprender así al público de la sala que ya estaba en su totalidad. Un perfecto telonero, con la única defensa que su guitarra, para caldear el ambiente ante la inminente salida de la artista.
Puntual a su cita, Sofía Ellar salió al escenario llevándose tremendos aplausos cargados de horas, días y meses de espera para poder disfrutar de un concierto marcado en rojo en el calendario. Un repertorio elegido a la perfección hizo que el público no dejase de cantar, bailar y emocionarse en todo momento.
No faltaron temas de Seis Peniques como Rock’n’rolles de chiquillos que empezó siendo una suave balada cantada de cerca con el público a girar por completo en la misma actuación para ser un tema cargado de rock y electricidad
El día más emotivo de Sofía que nos tocó a todos
Conforme iba avanzando la noche, entre el público había un presagio de que estaba sucediendo algo verdaderamente especial. Primero se empezó a intuir cuando Sofía, en su canción Bulevares y deslices, lanzaba una metáfora. Hablaba de lo necesario que era vivir y tener días felices, al igual que algún desliz, siempre controlado, claro.
Avisaba que en esa noche lo iba a dejar todo sobre el escenario y recordó que ya lo hizo en Jávea donde cerca estuvo de caer al suelo pero por suerte fue sujetada por el público antes de hacerlo. Lo achacaba a su energía en el escenario y a sus tacones que, precisamente, esa noche se había vuelto a poner para dejarse de nuevo la piel sobre el escenario.
En mitad del concierto llegó el primer momento emotivo con la canción Mundos que ahora, en Nota En Do, ha sido adaptado a sus nuevos tiempos. Entre los asistentes en primera fila cayó, o cerca estuvo, alguna lágrima. Pero Sofía bromeaba, diciendo que con el “brilli brilli” no se podía o se echaría todo a perder.
Pero el famoso “brili brilli” acabó perdiéndose y dando paso a la emoción. En un bis, el público empezó a pedir la canción Versión de cobarde -dedicada a su gato Dorian que ahora ya escucha sus canciones desde el cielo-. Los gritos cada vez eran más fuertes, incluso el pianista Víctor Elías todavía los alimentó más, hasta que al final Sofía salió al escenario y la cantó.
Sofía Ellar: "Era la primera vez que tocaba 'Versión de cobarde en directo' y sabía que no iba a poder aguantar"
Lo que ocurrió durante la misma todos lo conocemos y lo vimos a la mañana siguiente por Twitter. Era la primera vez que interpretaba en directo este emotivo tema y a mitad de la canción, no pudo contener la emoción al recordar a su ser querido, y la finalizó con lágrimas en los ojos y la sala al completo dándole un merecido reconocimiento.
Reconoció después que “sabía que me iba a pasar” y aunque lo intentó hasta el final, los sentimientos salieron a flote. Una muestra más de que la artista lo deja todo siempre sobre un escenario.
El concierto acabó por todo lo alto, con el público más entregado todavía si cabe y bailando al unísono el cierre del mismo con el tema Tus movidas. Una noche mágica, cargada de sentimientos y experiencias que siempre serán recordadas. Un concierto que además contó con la compañía de una persona fundamental ahora en su vida, Álvaro Soler, que salió también a hacerse la foto de familia.
Y un concierto que significa también una despedida -por lo menos de momento- para Víctor Elías, pianista de la banda, que se encamina a otros proyectos profesionales pero donde la fantástica relación personal mantenida desde años atrás siempre durará con Sofía, sus músicos, equipo y personal de management donde quedó demostrado en Alicante que son una familia unida por la música.