Crítica de 'Un mar de enredos': en la conformidad está el premio
Foto: filmaffinity

Al igual que el género de terror, la comedia atraviesa una de sus etapas más complicadas en la gran pantalla. Acusadas de ser cada vez más insulsas e intrascedentes, estas películas tienen  la pesada carga de presentar algo nuevo en cada entrega por mínimo que sea. Y es que aunque no estemos ante la propuesta más innovadora ni mucho menos, lo cierto es que la película se deja ver en algunos detalles.

Un mar de enredos tiene una historia peculiar, Leonardo Montenegro es un millonario egoísta e insoportable que no parece tener otro objetivo que derrochar el dinero de su padre en fiestas y mujeres. Todo cambia cuando conoce a Kate, una empleada contratada para limpiar su yate, que es injustamente despedida por este, por lo que tras un accidente que deja sin memoria a Leonardo, Kate ideará un plan para aprovecharse de él haciéndose pasar por su mujer.

En resumidas cuentas, estamos ante la típica comedia romántica que tan buenos resultados genera en la actualidad. Sin embargo vale la pena resaltar un par de aspectos que afectan seriamente al conjunto de la cinta. Para empezar, el ritmo de la película es un desastre. El primer tramo es sumamente aburrido y no logra retener del todo la atención del espectador. En segundo lugar hay que hacer hincapié en que muchas de las situaciones cómicas no generan absolutamente nada y esto es en gran parte al soporífero primer acto. Estos defectos lastran la película e impiden que su visionado sea más cómodo.

A pesar de todo, Un mar de enredos es una cinta que reúne las condiciones necesarias para sobrepasar esos defectos y ser una buena película. Si bien el primer acto se hace pesado, la segunda mitad es muy entretenida, dando lugar a situaciones en las que se hace presente la comedia, la fluidez de la trama y sobre todo una buena química entre los protagonistas, lo cual redime de manera factible el resto del filme.

En definitiva Un mar de enredos resulta una película disfrutable, que cuenta con un fallo en cuanto a su ejecución pero que aprovecha las virtudes que toda buena comedia debe tener.

Valoración:3/5

Lo mejor: No desperdicia los atributos del género de comedia.

Lo peor: Un primer acto deficiente.

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