Lograr la excelencia en el mundo de la música es algo que está al alcance de muy pocos. Kendrick Lamar con apenas 30 años se ha llevado el Pulitzer en la categoría de su música, premio que le permite convertirse en el primer rapero en alzarse con el prestigioso galardón, y uno de los pocos músicos en triunfar fuera del Jazz o el género de música clásica en los premios. Romper barreras no es sencillo para nadie, y el hecho de que el género hip-hop esté representado en los Pulitzer supone un avance para el género musical.
El álbum Damn. salió el 14 de abril de 2017, y doce meses después sigue batiendo records y llevándose reconocimientos. La mezcla de ritmos, sonidos y canciones hacen del disco una delicia para los amantes de este tipo de música. No obstante, Kendrick Lamar va más allá, y gracias a las letras que describen la compleja vida afroamericana en la actualidad se crean sentimientos que traspasan barreras, idiomas y culturas.
Corazón y sentimiento real
Conocer el contexto social es fundamental para entender las canciones de un artista y sobre todo, lo que significan y quieren expresar. Las letras de Humble y DNA por ejemplo, no tendrían tanto sentido y sentimiento si las cantara un cantante latino. El haber nacido en Compton y haber vivido momentos y vivencias complicadas relacionadas con armas y drogas han creado en Lamar una persona diferente. No se trata de denunciar o justificar, sino más bien de anunciar la complejidad que puede tener un afroamericano en el panorama actual.
El rapero ha demostrado que a pesar de que el hip-hop nunca había sido premiado en los Pulitzer, cualquier cosa es posible si uno se lo propone. Poco a poco va creciendo la leyenda y la fama de un rapero que ha colaborado con artistas como Rihanna o U2 entre otros. De esta manera, y oficialmente, se puede decir que Lamar forma parte del grupo de artistas excelentes que han logrado triunfar en los Pulitzer.